Ubik

A las tres y media de la madrugada del cinco de junio de 1992, todos los videófonos se pusieron en funcionamiento: el telépata jefe del Sistema Sol había caído del mapa situado en las oficinas de Runciter Asociados en Nueva York. Durante los dos últimos meses, la Organización Runciter había perdido la pista de demasiados psicos de Hollis; aquella desaparición no causaría mayor sorpresa.

¿Señor Runciter? Siento molestarle. —El técnico encargado del mapa en el turno de noche carraspeó nerviosamente mientras la voluminosa y desaseada cabeza de Glen Runciter emergía hasta llenar por completo la videopantalla—. Hemos recibido noticias de uno de nuestros inerciales. A ver... —Revolvió un desordenado montón de cintas del grabador que recibía las comunicaciones del exterior—. Lo ha comunicado la señorita Dorn; como recordará, le había seguido hasta Green River, Utah, donde...

¿De quién me habla? No puedo tener siempre en la cabeza qué inercial está siguiendo a qué telépata o a qué precognitor —masculló, soñoliento, Runciter. Se alisó con una mano la ondulada masa de cabello gris—. Vaya al grano y dígame cuál de los de Hollis es el que falta ahora.

S. Dole Melipone —dijo el técnico.

¿Cómo? ¿Que Melipone ha volado? No diga tonterías.

No digo tonterías —aseguró el técnico—. Edie Dorn y otros dos inerciales le siguieron hasta un motel llamado «Los Lazos de la Experiencia Erótica Polimorfa», un complejo subterráneo de sesenta módulos que recibe una clientela de hombres de negocios y furcias. Edie y sus colegas no creían que Melipone estuviera en actividad, pero para asegurarnos mandamos a uno de nuestros propios telépatas, G.G. Ashwood, a que le leyera. Ashwood encontró un verdadero lío envolviendo la mente de Melipone y no pudo hacer nada, así que volvió a Topeka, Kansas, donde ahora rastrea una nueva posibilidad.

Runciter, ya más despierto, había encendido un cigarrillo. Con la mano en el mentón y expresión sombría, seguía sentado mientras el humo del cigarrillo se elevaba a través del objetivo de su extremo del doble circuito.

¿Seguro que el telépata era Melipone? Según parece, ya nadie sabe qué aspecto tiene exactamente; debe de cambiar de patrón fisonómico una vez al mes. ¿Y de su campo qué hay?

Le dijimos a Joe Chip que fuese al motel y midiese la amplitud del campo generado allí. Según Chip, se registraba un máximo de sesenta y ocho coma dos unidades de aura telepática que sólo Melipone, entre todos los telépatas conocidos, puede producir. Así que colocamos la identichapa de Melipone en este punto del mapa. Y ahora Melipone... bueno, la chapa... ya no está.

¿Ha mirado por el suelo o detrás del mapa?

La identichapa ha desaparecido electrónicamente. El hombre que representa ya no está en la Tierra ni, por lo que sabemos, en ninguna de sus colonias.

Iré a consultar con mi difunta esposa —dijo Runciter.

Pero, los moratorios están cerrados. Es más de medianoche.

No en Suiza —repuso Runciter, sonriendo con una mueca.

THE CONQUEROR WORM

Lo! 't is a gala night

Within the lonesome latter years!
An angel throng, bewinged, bedight
In veils, and drowned in tears,
Sit in a theatre, to see
A play of hopes and fears,
While the orchestra breathes fitfully
The music of the spheres.

Mimes, in the form of God on high,
Mutter and mumble low,
And hither and thither fly
Mere puppets they, who come and go
At bidding of vast formless things
That shift the scenery to and fro,
Flapping from out their Condor wings
Invisible wo!

That motley drama oh, be sure
It shall not be forgot!
With its phantom chased for evermore,
By a crowd that seize it not,
Through a circle that ever returneth in
To the self-same spot,
And much of Madness, and more of Sin,
And Horror the soul of the plot.

But see, amid the mimic rout
A crawling shape intrude!
A blood-red thing that writhes from out
The scenic solitude!
It writhes! it writhes! with mortal pangs
The mimes become its food,
And seraphs sob at vermin fangs
In human gore imbued.

Out out are the lights out all!
And, over each quivering form,
The curtain, a funeral pall,
Comes down with the rush of a storm,
While the angels, all pallid and wan,
Uprising, unveiling, affirm
That the play is the tragedy, "Man,"
And its hero the Conqueror Worm.

E.A.Poe

LAS PORTENTOSAS ÁGUILAS

Si me preguntaran cuál es, a mi juicio, el mejor diseño de una nave espacial hecho para una serie o película de ciencia-ficción, mi respuesta sería el Águila de Cosmos 1999.

Fragmento

En una cálida noche de julio del año 1588, en el palacio real de Greenwich, en Londres, una mujer yacía postrada en su lecho de muerte a causa de unas balas asesinas alojadas en su pecho y abdomen. Tenía el rostro arrugado, los dientes oscuros, y la muerte no le otorgaba ningún tipo de dignidad; pero su último aliento inició un eco que conmovió a todo un hemisferio. Porque la Reina Virgen, Isabel I, soberana suprema de Inglaterra, se había ido...La furia de los ingleses no conoció límites. Una palabra, un suspiro, eran suficientes; un muchacho medio tonto, arrasado por la chusma, pedía la bendición del Papa...

Los católicos ingleses, desangrados por las multas, llorando aún a la reina de los escoceses y recordando el sangriento Levantamiento del Norte, tuvieron que enfrentarse a nuevas persecuciones. Sin desearlo, en defensa propia, alzaron sus armas contra los campesinos, mientras la llama prendida por las masacres de Walsingham se extendía por todo el territorio, confundiéndose la luz de las balizas con la lúgubre luminosidad de los autos de fe.

Las noticias se extendieron: a París, a Roma, a la extraña fortaleza de El Escorial, donde Felipe II meditaba aún su campaña contra Inglaterra. La noticia de un país desgarrado por una guerra intestina llegó a las grandes naves de la Armada que franqueaban el Lagarto para unirse con el ejército invasor de Parma en la costa flamenca. Por un día, mientras Medina-Sidonia paseaba por la cubierta del San Martín, el destino de medio mundo pendió de un hilo. Fue entonces cuando tomó su decisión; y uno a uno los galeones y las carracas, las galeras y las pesadas urcas, giraron en dirección norte, hacia Hastings y el antiguo campo de batalla de Santlache, donde la historia había sido escrita hacía ya varios siglos.

La confusión que sobrevino vio a Felipe cómodamente instalado como soberano en Inglaterra; en Francia, los seguidores de Guise, alentados por las victorias al otro lado del Canal, destituyeron finalmente a la va débil Casa de Valois.

A cada vencedor su trofeo. Con la autoridad de la Iglesia Católica ya asegurada, la nueva nación de Gran Bretaña desplegó sus fuerzas al servicio de los Papas, extirpando a los protestantes de Holanda y destruyendo el poder de las ciudades-estado alemanas en las interminables Guerras Luteranas. Los nuevos colonos del continente norteamericano quedaron bajo la soberanía de España, y Cook enarboló en Australasia la bandera azul cobalto del Trono de Pedro.

Por encima de todas las cosas, el largo brazo de los Papas se extendía para castigar y recompensar: la Iglesia Militante ejercía su supremacía. Pero a mediados del siglo XX los murmullos de descontento fueron haciéndose eco entre la población. Una vez más, la rebelión estaba en el aire...

PAVANA, Keith Roberts

PESADILLA EN GRIS

Se despertó sintiéndose maravillosamente bien, bajo el cálido y brillante sol de primavera. Se había quedado dormido durante algo menos de media hora, según pudo deducir por el ángulo de las sombras que formaba el sol y que apenas habían cambiado.
El parque se veía hermoso con el verdor de la primavera, más suave que el del verano; el día resultaba magnifico y él era joven y estaba enamorado. Locamente enamorado, maravillosamente enamorado. Y feliz en su amor: la noche anterior, sábado, se había declarado a Susana y ella le aceptó, más o menos. No le dio un sí definitivo, pero le invitó para que esa tarde le conociese su familia, y le dijo que deseaba que ellos le quisieran y él a ellos. Si eso no significaba la aprobación, ¿entonces qué era? Se habían enamorado casi a primera vista, y por eso aún ni siquiera conocía a sus padres.
¡Oh, la dulce Susana, con los suaves cabellos castaños, la graciosa naricilla, las pecas marcadas y los grandes ojos de color café!
Era la mujer más maravillosa que uno pudiera desear.
Bueno, ya era tarde: Susana le había citado a esa hora. Se levantó del banco y, como sentía los músculos un poco entumecidos por la siesta, bostezó voluptuosamente. Se dirigió hacia la casa, que quedaba a unas manzanas de la suya.
Subió los escalones y llamó a la puerta. Esta se abrió y por un segundo se imaginó que la propia Susana salía a abrirle, pero no fue así. Probablemente se trataba de su hermana; Susana había mencionado que tenía una hermana un año menor que ella.
Se inclinó y se presentó, preguntando por Susana. Le pareció que la muchacha le miraba con extrañeza. Después le dijo:
- Pase, por favor. Ella no está en este momento, pero si gusta aguardar en la sala...
Esperó en la sala. Le extrañó que ella hubiera salido.
Entonces oyó la voz de la chica que le había recibido, hablando en el vestíbulo y, con explicable curiosidad, se levantó y fue a la puerta para escuchar. Parecía estar hablando por teléfono.
- Harry, por favor ven enseguida y trae contigo al doctor. Sí, es el abuelo... No, no es otro ataque al corazón. Es como la vez que le dio amnesia y pensó que la abuela aún vivía. No, no es demencia senil, Harry, es sólo amnesia, pero esta vez la cosa es peor. Cincuenta años menos... su memoria es la de cuando aún no se había casado con la abuela...
Repentinamente viejo, envejecido cincuenta años en cincuenta segundos, lloró en silencio, recostado en el marco de la puerta.

Fredric Brown

Películas mostras

Top 10 Most Disturbing Movies Of All Time


Yo ví:

#10 - FREAKS [1932]
#06 - A CLOCKWORK ORANGE [1971]
#03 - SALO OR THE 120 DAYS OF SODOM [1975]
#02 - IRREVERSIBLE [2002]

Premios Ig Nobel

Un investigador que descubrió que la Coca Cola destruye los espermatozoides y los científicos que descubrieron que la gente comerá feliz papas fritas rancias si crujen fuerte ganaron el jueves los premios alternativos Ig Nobel.

El premio en la categoría de biología fue al equipo francés que descubrió que las pulgas de los perros pueden saltar más lejos que las pulgas de los gatos, mientras que el premio de medicina fue a un equipo de la universidad de Duke, enCarolina del Norte, que demostró que los placebos caros funcionan mejor que la falsa medicina barata.

Un equipo de la Universidad de Sao Paulo en Brasil ganó un premio especial de arqueología por demostrar como un armadillo puede arruinar una excavación arqueológica.

Entre los ganadores de años anteriores figuran el inventor de los flamencos de plástico rosado, un investigador que filmó a pato ánade azul sodomizando a un macho muerto y un médico que curaba el hipo aplicando masajes anales digitales.

Fragmento

- Pero era diferente al principio, cuando los descubrimos. Las consecuencias de las guerras nucleares podían verse aún, Con todo su horror. Nos necesitaban entonces, esos pobres anarquistas hambrientos, y nosotros... nosotros nos contentamos con observar.

- Estás Perdiendo la cabeza. ¿Podíamos intervenir acaso? No sabíamos nada de ellos, no hubiésemos sido sino un nuevo factor de Perturbaciones. Perturbaciones con consecuencias que nosotros mismos no hubiésemos podido prever Hubiese sido un acto criminal sin duda, como si un cirujano se pusiera a operar sin un examen previo, sin estudiar los antecedentes. Era indispensable que los dejáramos seguir su propio camino mientras los estudiábamos en secreto. No tienes idea de los esfuerzos que desplegamos para obtener mayor información. Ese trabajo continúa aún. Sólo hace setenta años nos sentimos bastante seguros como para introducir un primer factor nuevo en esta sociedad. A medida que continuemos aprendiendo, modificaremos los planes. Es posible que tardemos mil años en cumplir nuestra misión.

- Pero mientras, se han salvado del naufragio. Están encontrando sus propias soluciones. Qué derecho tenemos a...

- Yo empiezo a preguntarme, Mwyn qué derecho tienes tú al título de aprendiz de psicodinámica. Piensa en lo que son esas soluciones. La mayor parte del planeta se encuentra aún en un estado de barbarie. Este continente se ha recobrado más que otros, pues la distribución de los equipos técnicos era aquí amplia antes de la destrucción. ¿Pero qué estructura social han alcanzado? Un enjambre de Estados en conflicto. Un feudalismo donde el equilibrio de los poderes políticos-militares y económicos depende de una arcaica aristocracia terrateniente. Una docena de lenguas y subculturas que se desarrollan a lo largo de sus propias líneas incompatibles. Una ciega adoración de la técnica heredada de sociedades ancestrales que puede llevarlos a una civilización mecanizada tan demoníaca como la que se destruyó a sí misma hace tres siglos. ¿Te aflige que hayan muerto unos pocos cientos de hombres, sólo porque nuestros agentes promovieron una revolución que no se desarrolló tan fácilmente coma habíamos esperado? Pues bien, la Gran Ciencia te dice que sin nuestra intervención la miseria total que debiera soportar esta raza en los próximos cinco mil años superaría en tres órdenes de magnitud el dolor que nosotros podríamos infligirles.

NO HABRA TREGUA PARA LOS REYES, Poul Anderson

Fragmento

Es misión de los agaráfobos y los claustrófobos colonizar la Luna. O crear agarófílos y claustrófilos, porque los hombres que se lanzan al espacio es mejor que no tengan fobias. Si algo en un planeta, sobre un planeta o en los espacios vacíos que separan los planetas, es susceptible de asustar a 'un hombre, éste hará mejor en no moverse de la madre Tierra. El hombre que quiere vivir su vida alejado de tierra firme debe estar dispuesto a encerrarse en una exigua nave del espacio, sabiendo que puede ser su ataúd, sin desfallecer ante las inmensas extensiones cósmicas. Los hombres del espacio, pilotos, mecánicos y astrogadores, están aficionados a vivir a algunos miles de kilómetros de la biblioteca contigua.

Por otra parte, los colonizadores de la Luna tienen que pertenecer a esa especie de hombres que se siente feliz y a sus anchas viviendo bajo tierra como en una angosta madriguera.
Durante mi segundo viaje a Luna City, fui al observatorio Richardsón, tanto para ver el Gran Ojo como para buscar el argumento de una historia que me pagase mis vacaciones. Presenté mi carnet de periodista, charlé un rato y acabé visitando todo aquello acompañado por el jefe. Fuimos al túnel del norte, que estaba siendo horadado en el lugar del proyectado coronascopo.

Fue una excursión pesada, subimos en un scooter, bajamos a un túnel absolutamente informe, subimos de nuevo saliendo por una compuerta de aire, tomamos otro scooter y repetimos el recorrido. Mister Knowles lo amenizo con su charla.

- Todo esto es provisional - explicó -. Una vez hayamos horadado el segundo túnel, los conectaremos, quitaremos las compuertas de aire, abriremos un paso orientado al Norte en éste, otro orientado al Sur en el otro y se podrá dar la vuelta en menos de tres minutos, lo mismo que en Luna City... o en Manhattan...

-¿Por qué no quitar las compuertas de aire ya? - pregunté mientras entrábamos en la que hacía siete -. Hasta ahora, la presión ha sido la misma en un lado que en el otro de todas ellas.

- ¿Es que quiere usted sacar provecho de una peculiaridad de este planeta para inventar una historia sensacional? - me preguntó, intrigado.

- Mire usted - respondí, sintiéndome ofendido -, pretendo ser de tan confianza como el que más, pero si hay algo en este proyecto que no sea del todo limpio, vámonos de aquí y dejémoslo. No me gusta la censura.

- Cálmese, Jack... - dijo suavemente, llamándome por primera vez por mí nombre de pila; lo observé, pero no dije nada -. Nadie va a censurarle a usted. Estamos encantados de cooperar con ustedes, pero la Luna tiene una reputación demasiado mala; reputación que, por otra parte, no merece.
No contesté.


CABALLEROS, PERMANEZCAN SENTADOS, Robert A. Heinlein

Fragmento

... ¿Por qué no había crecido nunca nada sobre aquellos cinco acres de gris desolación, que se extendía bajo el cielo como una gran mancha corroída por el ácido entre bosques y campos? Discurre en gran parte hacia el norte de la línea del antiguo camino, pero invade un poco el otro lado.
Mientras me acercaba experimenté una extraña sensación de repugnancia, y sólo me decidí a hacerlo porque mi tarea me obligaba a ello. En aquella amplia extensión no había vegetación de ninguna clase; no había más que una capa de fino polvo o ceniza gris, que ningún viento parecía ser capaz de arrastrar. Los árboles más cercanos tenían un aspecto raquítico y enfermizo, y muchos de ellos aparecían agostados o con los troncos podridos. Mientras andaba apresuradamente vi a mi derecha los derruidos restos de una casa de labor, y la negra boca de un pozo abandonado cuyos estancados vapores adquirían un extraño matiz al ser bañados por la luz del sol. El desolado espectáculo hizo que no roe maravillara ya de los asustados susurros de los moradores de Arkham.
En los alrededores no había edificaciones ni ruinas de ninguna clase; incluso en los antiguos tiempos, el lugar dejó de ser solitario y apartado. Y a la hora del crepúsculo, temeroso de pasar de nuevo por aquel ominoso lugar, tomé el camino del sur, a pesar de que significaba dar un gran rodeo.

EL COLOR SURGIDO DEL ESPACIO, H. P. Lovecraft

Traducción

Estimados hijos de las sombras sempiternas, oscuridades varias y la luz lumínica:
Estando cómodamente apoltronado en mi nuevo sillón masajeador de cuero de gatito, me encuentro con la sorpresa imperiosa de la sádica sed de sabiduría demostrada por el Sr. Presidente del Sindicato de Orión.
Haciendo caso a sus ruegos, y saliendo de un letargo, proporcionaré a todos vosotros las respuestas a vuestras dudas que carcomen las líneas naturales de las conexiones sinápticas, llevándolos a un mar de insolente congomicencia empírica del sinsaber natural.
Por lo tanto, y a pedido expreso del Sr. Orión, pasaré a relatarles el origen de un vocablo goliciano, el cual apareció en un escrito.
El Sr. Marpla, quien merece mi total y absoluta admiración y respeto, escribió:

"Bueno, la peloula NO la vi..."

Imaginemos entonces, nuestro acostumbrado viaje en el tiempo, hacia el momento exacto de la entronización primaria de la quinta luminiscencia postraumátisia, en la décima edad del cuarto momento del plenilunio semestral, momento en el cual el Gran Profeta Telapo 'Ngodepie, los dioses honren su fastuoso nombre con la interminable presencia de su imagen divina en los sacrosantos confines universales, originario de Golicia VI, hijo del gran Pensador Selapo 'Ngodepie y la filósofa Meduel Elort, conocido por sus actos heroicos en las Guerras Chóticas de la tercera etapa, al vencer al ejercito enemigo dejándolo solo en el campo de batalla, glorificado por su interminable sabiduría demostrada en la colección de libros "La Santa y el Jamón", en el cual se relata la fastuosa y acomodada vida de un beligerante soldado goliciano en sus últimos días de vida.
En esta época vivía el escriba oficial de la Honorable Cámara de la Lengua, el Gran Sabio Paqueteni Labirom. Este respetable ciudadano, de amplia sabiduría en el lenguaje, conocido por su gran colección de escritos pasados de moda, daba clases en una humilde escuela goliciana en la afueras de la ciudad central del continente norte, en lo que se podría llamar para una mejor comprensión, un barrio carenciado. Este tipo de poblado, en Golicia se lo conoce como Spas. Los Spas rodeaban las grandes ciudades y eran habitados por menesterosos, ladrones, asesinos, violadores, marginados, piqueteros y jueces.
Dentro de estos Spas, se consideraba que un pequeño goliciano que no concurriera a clases, debería ir a vivir a la gran ciudad, por lo que todos los niños golicianos concurrían a clases rigurosamente. El Gran Sabio Paqueteni Labirom daba clases en una pequeña escuela de estos Spas. Se encargaba de infundir la sabiduría que le fue dada, a los niños mayores (entre los 12 y 37 años).
Un día, según los antiguos manuscritos dejados para la posteridad y escritos en forma anónima, el Gran Sabio Paqueteni Labirom se encontraba disfrutando de un día invernal, sentado en una estaca, la cual le producía cierta experiencia satisfactoria, a su forma de ver, gozando de la tibia luz solar, cuando escuchó que sonaba el aviso sonoro que anunciaba que los niños debían volver a sus clases.
Había algunos pequeños que se encontraban jugando con insectos, otros trepados a los tejados de la escuela, otros se hallaban tomando alcohol isopropílico de grado 3, escondidos en el baño, y otros estaban jugando a un extraño pero llamativo deporte. El mismo consistía en llevar mediante golpes dados por sus extremidades inferiores a un objeto de forma esférica, mientras se corría detrás de dicho objeto. El objetivo de este juego era introducir mediante esta técnica de golpes, al objeto esférico dentro de la oficina del Director de la escuela, tratando de no pegarle a él, mientras el objeto esférico, dado el rebote contra alguna superficie dura y firme, salía despedido hacia el exterior, tratando de romper una ventana diferente para causar el máximo daño posible en la propiedad. Obviamente que al Director este deporte le gustaba muchísimo y no eran pocas las veces en que se sumaba al juego, haciendo la mayor cantidad de puntos siempre ya que conocía al detalle su oficina, puntos de entrada y salida de la misma utilizando el objeto esférico y formas muy variadas de rebote.
Al ver que los niños no dejaban su juego, la encargada de la entrada de los niños a la escuela, la amorosamente recordada Maestra Sossuna Junigranputi, comenzó a ejercer su autoridad como tal, tomando a los niños de sus partes nobles, apretándolas sutilmente para obligarlos a entras a sus aulas.
En esta oportunidad, la amorosamente recordada Maestra Sossuna Junigranputi tuvo un encontronazo con el alumno Terrompi Lajeta, quien en sus años de adultez sería conocido como el Gran Profeta Terrompi Lajeta, las Dioses mantengan su nombre libre de todo gravamen, de quien algún día contaré sus aventuras en otra traducción, si hay oportunidad por su cónclave temporal.
Resultó que la amorosamente recordada Maestra Sossuna Junigranputi tomó por sus partes nobles al alumno Terrompi Lajeta, apretándolas un poco mas de lo normal, lo que fue demostrado por el aullido lanzado por el alumno, en justa concordancia con un nuevo grito de "¡SOLTAME FORRA PELOTUDAAAAA!" mientras la amorosamente recordada Maestra Sossuna Junigranputi gritaba "¡AL AULA, ALUMNO LAJETAAAA!".
Esto causó no solamente estupor al Gran Sabio Paqueteni Labirom, sino que además causó una gran sorpresa. Al escucharse los gritos superpuestos uno encima del otro, se formó la congruencia verbal cuantificada conocida como ¡¡OIA!! dada la poca probabilidad de la misma.
Fue entonces que el Gran Sabio Paqueteni Labirom corrió velozmente hacia su estudio de la Honorable Cámara de la lengua en la ciudad central, tomó uno de sus pergaminos, y delante de treinta y dos testigos llamados especialmente, redactó la famosa, y poco menos que conocida, regla verbal que a continuación detallo:
"Siendo el momento exacto de la entronización primaria de la quinta luminiscencia postraumátisia, en la décima edad del cuarto momento del plenilunio semestral, inscribo en este santo momento, ubicado en la Honorable Cámara de la Lengua y en presencia de testigos, todos mayores de edad y habilitados según información suministrada, el nuevo vocablo conocido como "PELOULA" referido a la sincronía conjuntiva del deporte y la obligación en torno a los diarios quehaceres orientados al estudio y la forma de aprendizaje. Dicho vocablo se utilizará a partir del día de la fecha y hora predispuesta según reloj interestelar goliciano a los efectos de llevar comprensión idiomática a los confines universales, relatándose sobre la obligación del alumnado a dejar los deportes para retomar los estudios pormenorizados a los efectos de llevar la suficiente cantidad de sabiduría a las huestes golicianas para algún día ser explotados como corresponde. Inscríbase dicho texto en la fecha y hora relatadas para su uso inmediato, según estatutos y estamentos propios de la Honorable Cámara de la Lengua. Firmado: Paqueteni Labirom. Gran sabio de la Orden Frosideana de la lengua, la palabra y el chacinado."
Para su consulta, este manuscrito se halla en la Gran Única Biblioteca Goliciana, sita en Golicia Prime, en el Decimosexto estante de la primera biblioteca, en el decimo anaquel de la segunda protuberancia, a la izquierda, dentro de la carpeta titulada "Antiguos Escritos Goliciano", página tres mil doscientos noventa, sección novena, sector doceavo, párrafo quinto, segundo renglón, su ruta...
Habiendo aclarado la sombra que pesaba sobre vosotros, hijos de la luz y la oscuridad golicianas, me despido de todos vosotros de la forma acostumbra, o sea con... un saludo afectuoso.

Embajador Sarek.

Fragmentos

“ Huye Max. ¡Huye! “
Fueron las primeras palabras que acudieron a su mente. Una desesperada orden a gritos dirigida a él mismo. Max reaccionó precipitadamente.
“ ¡ Huye, sal de aquí ! ” No se detuvo a pensar. “ ¡ Maldita sea ! “ Se levantó de su butaca de neo-cuero precipitadamente. La consola de navegación saltó por los aires, cayendo al suelo arrastrada por los cables de neuroconexión. “Mierda, mierda“. Su corazón estaba acelerado, su vida podía depender de aquellos instantes. “¡Tengo que salir de aquí! “ gritó en su mente.
Max Corbera intentaba abandonar de una forma demasiado apresurada su viaje por la Matriz. Abrió los ojos y sus irises estaban todavía contraídos, aunque se hallaba rodeado por la penumbra de su austero apartamento.
Gotas de lluvia. Luces. Colores. Proyecciones distorsionadas de la calle a través del cristal. La sombra de las persianas en las paredes de la habitación. Torrentes digitales que provenían de la consola de navegación.
Cielo azul. Arena blanca. Caótica fusión de realidades. Un caos absoluto e incontrolable de sensaciones. Abultados lazos de cables y fibra óptica en las paredes y el suelo. “ No no no no ” Solo la débil y casi imperceptible luz de una cinta fluorescente Phillips brillaba bajo el deteriorado techo. Las paredes llevaban un nombre pintado en sangre. “Humberto Salgado,¡quién es Humberto Salgado! Esto no va bien, sal de aquí maldita sea!” Se gritó a sí mismo. “¡Fuera!“
Max arrancó de cuajo los cables de conexión del puerto neuronal de su nuca. Flujo interrumpido. Neuro-shock. La reacción de su sistema nervioso al abandonar tan repentinamente el tránsito de la Matriz fue un pinchazo repentino, intenso.
“¡Mierda mierda mier...!”. El latigazo recorrió su espina dorsal por completo.
Lo peor vendría después. Max lo sabía perfectamente: la subida de adrenalina, seguida por una sensación que podria parecerse a la que se experimentaría en un giro vertical de ciento ochenta grados a la velocidad del sonido en la estratosfera terrestre.
Cerró los párpados con fuerza. Las náuseas invadieron su estómago. La última vez que desconectó tan repentinamente terminó por vomitar sobre la consola toda la comida que había ingerido aquel día. Aquello ocurrió en Estambul. De eso hacía más de cinco años y las conexiones neuronales no estaban tan perfeccionadas por aquel entonces. No tenia el dinero para agenciarse un puerto mejor, ni su cabeza estaba habituada todavía a surfear por la Matriz.
Max vaciló y resbaló ligeramente. Sus pies tropezaron. Atravesaron cajas de pizza, restos de comida, periódicos viejos y manchados, latas de cerveza abiertas y otras sin abrir desparramadas por el suelo. Su cabeza todavía estaba en tránsito, a medio camino entre el mundo digital y el mundo real.
“¡La puerta!,¿Donde está la maldita puerta?“ Con los ojos todavía cerrados, corrió instintivamente hacia la puerta del apartamento tirando al suelo montones de cajas de software que se desmoronaron al golpearlas. Un instinto que se vio anulado cuando sintió que toda la habitación giraba vertiginosamente a su alrededor.

Arlequín, Jordi Armengol Carner

LA FUTURA DIFUNTA

El hombrecillo abrió la puerta y entró; fuera quedó la deslumbradora luz del sol.
Aquel hombrecillo larguirucho, de aspecto simple y ralo cabello gris, rondaría los cincuenta años o poco más. Cerró la puerta sin hacer ruido y se quedó en el lóbrego vestíbulo, en espera de que los ojos se le acostumbraran al cambio de luz. Vestía un traje negro, camisa blanca y corbata negra. Su pálido rostro aparecía sin transpiración a pesar del calor. Cuando sus ojos se hubieron acostumbrado a la penumbra, se quitó el sombrero panamá y avanzó por el pasillo hasta el despacho: sus zapatos negros no hicieron ruido alguno al pisar sobre la alfombra.
El empleado de la funeraria levantó la vista de su escritorio para saludarle.

-- Buenas tardes.
-- Buenas tardes --repuso el hombrecillo, que tenía una voz suave.
-- ¿Puedo ayudarle en algo?
-- Sí --respondió el hombrecillo.
Con un ademán, el empleado de la funeraria le indicó la butaca que había del otro lado de su escritorio y le dijo:
-- Por favor.

El hombrecillo se sentó en el borde de la butaca y dejó el panamá sobre su regazo. Observó que el empleado de la funeraria abría un cajón y sacaba un impreso. Después, retiró una estilográfica negra de su base de ónice, y preguntó:
-- ¿Quién es el difunto?
-- Mi esposa --dijo el hombrecillo.
El empleado de la funeraria emitió un cloqueo de condolencia.
-- Lo siento.
--Ya --replicó el hombrecillo con una mirada inexpresiva.
-- ¿Cómo se llamaba?
-- Marie Arnoid --respondió el hombrecillo en voz baja.
El de la funeraria escribió el nombre.
-- ¿Dirección?
El hombrecillo se la dio.
-- ¿Está ella allí ahora?
-- Si. está allí --respondió el hombrecillo.
El otro asintió.
-- Quiero que todo sea perfecto --dijo el hombrecillo--. Quiero lo mejor que haya.
-- Claro, claro, por supuesto.
-- No me importa lo que cueste --insistió el hombrecillo. Su garganta osciló cuando tragó saliva .
-- Ahora ya no me importa nada. Salvo esto.
-- Lo comprendo --dijo el de la funeraria.
-- Siempre tenía lo mejor. Yo me encargaba de ello.
-- Claro, claro.
-- Asistirá mucha gente --comentó el hombrecillo--. Todo el mundo la quería. Es tan hermosa..., tan joven... Tiene que darle lo mejor. ¿Me comprende?
-- A la perfección --le aseguró el de la funeraria--. Le garantizo que quedará más que satisfecho.
-- Es tan hermosa --repitió el hombrecillo--. Tan joven.
-- No lo dudo --asintió el de la funeraria.

El hombrecillo permaneció sentado, sin moverse, mientras el empleado de la funeraria le formulaba unas preguntas. El tono de voz del hombrecillo no varió mientras hablaba. Sus ojos parpadeaban tan de vez en cuando que el empleado no los vio moverse ni una sola vez. El hombrecillo firmó el impreso ya rellenado y se incorporó. El de la funeraria hizo lo propio y rodeó el escritorio.
-- Le garantizo que quedará usted satisfecho --dijo al tiempo que le tendía la mano.
El hombrecillo se la estrechó. La palma de su mano estaba seca y fría.
-- Dentro de una hora iremos a su casa --le indicó el agente funerario.
-- Perfecto --repuso el hombrecillo.
El empleado avanzó por el pasillo, al lado del cliente.
-- Para ella quiero que todo sea perfecto --dijo el hombrecillo--.Sólo lo mejor.
-- Todo saldrá tal como usted desea.
-- Se merece lo mejor. --El hombrecillo miró al frente con fijeza--. Es tan hermosa. Todo el mundo la quería. Todo el mundo. Es tan joven, y tan hermosa...
-- ¿Cuándo ha muerto? --preguntó entonces el de la funeraria.

El hombrecillo no pareció haberle oído. Abrió la puerta, salió a la luz del sol y se puso el panamá. Había recorrido ya la mitad de la distancia que lo separaba de su coche cuando, con una leve sonrisa en los labios, contestó:

-- En cuanto llegue a casa.

Richard Matheson

Fragmentos

Eran hombres. Trepaban con las manos y las rodillas. Algunos solo usaban las manos, arrastrando las piernas; otros, solo las rodillas, y los brazos colgaban, inútiles, de cada lado. Trataban de ponerse en pie, pero se abatían en el curso de su esfuerzo, el rostro contra la tierra. Nada hacían normalmente, nada hacían de igual manera, salvo esa progresión pie por pie en el mismo sentido.
Una por uno, dos por dos, en pequeños grupos, continuaban avanzando en la penumbra; a veces, algunos hacían un alto, otros se les adelantaban, arrastrándose con lentitud, y aquéllos, entonces, reanudaban el movimiento.
Llegaban por docenas y por centenares; se extendían a derecha e izquierda hasta donde podía escrutarse en la oscuridad creciente, y el bosque negro detrás de ellos parecía interminable.
El suelo mismo parecía desplazarse hacia el arroyo.
De tiempo en tiempo, uno de aquellos que habían hecho un alto no reanudaba su camino y yacía inmóvil: estaba muerto.
Algunos se detenían y gesticulaban de manera extraña: levantaban los brazos y los dejaban caer de nuevo, se tomaban la cabeza con ambas manos, extendían sus palmas hacia el cielo como hacen ciertos hombres durante las plegarias que dicen en común.

CHICKAMAUGA, Ambrose Bierce

Fragmento

Me veo obligado a hablar porque los hombres de ciencia se han negado a seguir mi consejo sin saber por qué. Va completamente en contra de mi voluntad exponer las razones que me llevan a oponerme a la proyectada invasión de la Antártica, con su vasta búsqueda de fósiles y la perforación y fusión de antiquísimas capas glaciales. Y me siento tanto menos inclinado a hacerlo porque puede que mis advertencias sean en vano.

Es inevitable que se dude de los verdaderos hechos tal como he de revelarlos; no obstante, si suprimiera lo que se tendrá por extravagante e increíble, no quedaría nada. Las fotografías retenidas hasta ahora en mi poder, tanto las normales como las aéreas, contarán en mi favor por ser espantosamente vívidas y gráficas. Pero aun así se dudará de ellas porque la habilidad del falsificador puede conseguir maravillas. Naturalmente, se burlarán de los dibujos a tinta calificándolos de evidentes imposturas, a pesar de que la rareza de su técnica debiera causar a los entendidos sorpresa y perplejidad.

A fin de cuentas, he de confiar en el juicio y la autoridad de los escasos científicos destacados que tienen, por una parte, suficiente independencia de criterio como para juzgar mis datos según su propio valor horriblemente convincente o a la luz de ciertos ciclos míticos primordiales en extremo desconcertantes, y, por la otra, la influencia necesaria para disuadir al mundo explorador en general de llevar a cabo cualquier proyecto imprudente y demasiado ambicioso en la región de esas montañas de la locura. Es un triste hecho que hombres relativamente anónimos como yo y mis colegas, relacionados solamente con una pequeña universidad, tenemos escasas probabilidades de influir en cuestiones enormemente extrañas o de naturaleza muy controvertida.

EN LAS MONTAÑAS DE LA LOCURA, H. P. LOVECRAFT

Museo Marciano

Marte no entiende nada - Martian Museum of Terrestrial Art - Barbican Art Gallery. Silk Street. Londres.

El Martian Museum of Terrestrial Art (Museo Marciano de Arte Terrícola) ha abierto sus puertas en un Barbican Center decorado a lo marciano, con unas tiras metálicas de color cobrizo cubriendo suelos y paredes, un tipo de decoración que podría responder a alguna modalidad de feng shui alienígena o a un intento de conectar visualmente las diversas obras y temas: un traje espacial de fieltro en una esquina, una salchicha en una vitrina, un cuadro con la figura de George Bush tocado con sombrero tejano pintado a la manera de Pollock. En fin: ese tipo de exposición.

Como sabemos, los marcianos son de un intenso color verde a juego con las tapas del catálogo de la muestra, que a su vez finge ser el Volumen VIII de la Enciclopedia de la Vida Terrestre. Por suerte, no se ha obligado a los vigilantes de la galería a vestirse de marcianos, aunque sí hay un tour explicativo impartido por un guía que finge ser originario del planeta rojo. La ocurrencia podría terminar ahí, pero no; los marcianos se embarcan en un intento de comprensión del arte humano poniendo a sus antropólogos y comentaristas culturales a trabajar en una sesuda revisión del tema.

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Fragmentos

Siguiendo su marcha por los aires llegaron a la puerta del sagrado templo de Jerusalén.
Mahoma bajó de Al Buraq, lo ató a los aros donde los profetas lo habían atado en tiempo anteriores. Luego entró al templo y encontró allí a Abrahán, a Moisés, a Isa (Jesús) y a muchos más de los profetas.
Después de rezar en su compañía un rato, vio cómo bajaba del cielo una escalera de luz hasta que la parte inferior descansó en la Sajra o piedra angular del templo, la piedra de Jacob. Ayudado por el ángel Gabriel, Mahoma subió por la escalera con la rapidez del relámpago.
Cuando llegó al primer cielo, Gabriel llamó a la puerta.
¿Quién es? –preguntaron desde dentro.
Gabriel –contestó el ángel.
¿Quién está contigo?
Mahoma.
¿Ha recibido su misión?
.
¡Entonces le damos la bienvenida! –Y se abrió la puerta.
El primer cielo era de plata pura, y en su bóveda resplandeciente las estrellas estaban colgadas de cadenas de oro. En cada estrella hay un ángel colocado como centinela para evitar que los demonios asciendan a la sagrada mansión. Al entrar Mahoma, se le acercó un anciano y Gabriel dijo:
Éste es tu padre Adán, ríndele homenaje. –Así lo hizo Mahoma y Adán le abrazó y le llamó el mayor entre sus hijos y el primero de los profetas.

VIAJE NOCTURNO AL SÉPTIMO CIELO, WASHINGTON IRVING

La comunidad del anillo

Interesante nota sobre los planetas con anillos.

“No lo puedo creer” parece un dibujito. Cada vez que alguien observa por primera vez a Saturno con un telescopio, suele decir algo así. Aquí, allá, en todas partes, la sensación de perplejidad, y hasta incredulidad, afloran con total espontaneidad.

Y se entiende: por un momento, dejamos lo cotidiano, nos hundimos en el ocular del telescopio, y nos quedamos bien solos frente a un mundo color caramelo, rodeado de un anillo blanco, casi plateado, flotando a su alrededor.

Nos golpea, y nos emociona. Pasa la primera vez, la segunda, y cada vez que volvemos a su encuentro, así pasen diez o veinte años. El asombro no tiene fecha de vencimiento ni caducidad alguna. Claro, estamos frente a uno de los máximos íconos de la astronomía: el famoso “planeta de los anillos”.

Esa fue la clásica etiqueta que, durante siglos, llevó pegada el sexto planeta del Sistema Solar. Siglos que vieron pasar largas filas de desconcertados astrónomos que intentaron explicar, una y otra vez, el misterio de esa suerte de adorno planetario. Ahora se sabe que otros gigantes también tienen anillos.

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¿Cómo debería ser tu hogar para sobrevivir al Apocalipsis?

Existen diversas amenazas y teorías que apuntan al fin de los días. Podríamos ser asolados por grandes epidemias, ser víctimas de nuestra propia tecnología en rebeliones robóticas, sufrir el impacto de un gran meteorito o no sobrevivir a los desastres naturales. Lo cierto es que nuestro mundo acabará un día, tan cierto como que todos morimos, cuando el sol se apague. Aunque es muy factible que aceleremos el proceso de extinción con guerras nucleares. Y el panorama de lo que sobrevendría es casi indiscutible: la desolación. Ante uno de estos eventos, los que sobrevivan (si alguien sobrevive) deberán enfrentar un mundo inhabitable, seguramente radioactivo, casi sin agua ni aire limpio para respirar, escasos o nulos recursos naturales y una temperatura insostenible por el cuerpo humano. Un planeta de tierra y arena que azotaría sin piedad a cualquier criatura que osara recorrer su desértica superficie. Para ese entonces, es probable que existan ciudades bajo tierra. Y al amparo de sus casas subterráneas, todos los sobrevivientes deberían contar con herramientas esenciales para que la raza prevalezca.

Recursos Naturales
Aire, agua y alimento: la materia indispensable para todo ser humano. La casa post-apocalíptica básica debería contar con los medios para proveernos de forma constante. Una habitación del dulce hogar estaría dedicada a un jardín acondicionado, capaz de crear la cantidad de oxígeno suficiente para una familia completa. A su vez podríamos poner a buen uso el dióxido de carbono que exhalamos con un dispositivo capaz de convertir el CO2 en combustible. La escasez de agua sería resuelta a través de la refrigeración de la humedad del aire con molinos especialmente diseñados, y luego se utilizarían microbios para purificarla (considerando que quede alguna fuente de agua aunque contaminada). Como segunda medida, contaríamos con un sistema de reciclaje en los baños para convertir nuestra orina en agua bebible, y nuestros deshechos en comida. Pero puede que esta última opción sea evitable gracias a la bóveda que se está construyendo en Noruega. Si llega estos días, podría propagarse en pequeñas despensas de semillas por cada hogar subterráneo.

Energía
Una fuente de energía sería la esencia absoluta de nuestra supervivencia. La energía suficiente para mantener nuestros hogares refrigerados, para reciclar el aire y potenciar todos nuestros medios de supervivencia.
El sistema que todo hogar que se precie debería tener, es el de “gasificación del plasma”, capaz de transformar cualquier tipo de basura en energía eléctrica e hidrógeno. Claro que se necesitaría una energía primaria para que este sistema funcione, y ésta podría obtenerse a través de un generador eólico que aproveche los fuertes vientos de la superficie. Para dispositivos más pequeños podrían utilizarse sistemas a baterías recargadas por azúcar u orina. Otra fuente de energía muy útil sería la sugerida por el MIT del generador a pedal, aunque esto debería ser cuidadosamente equiparado a la necesidad de consumo de oxígeno y agua para los ciclistas que generen la energía consumiendo la propia.

Iluminación y refrigeración

Finalmente, nuestro cálido hogar debería contar con un sistema de iluminación aprovechando la luz de la superficie y un buen uso de los materiales de reflexión para evitar el calentamiento de la vivienda. Proyectos como el de “Glass House” o la “Ciudad Polar” propuesta por Dan Bloom ya están encaminados a desarrollar las mejores formas de aprovechar los recursos, reciclarlos, y lograr un ambiente habitable de bajo consumo.

Todas estas soluciones ya están siendo investigadas y algunas de ellas ya se están desarrollando, lo que puede darnos la tranquilidad que los hijos de los hijos de los tatara nietos de nuestros hijos tendrán una supervivencia asegurada. Aunque es claro que eso puede no mitigar la ansiedad de imaginar a la humanidad viviendo una realidad así. Pero quién sabe, quizás tu progenie sea superhumana y pueda convertirse en el verdadero Mad Max o imitar tus heroicas acciones en el Fallout. Pero asegúrate de dejar estas bases en el arcón de tu familia, para que tu descendencia esté prevenida y sepa cómo acondicionar el hogar post-apocalíptico ideal hasta el momento en que pueda salir a la superficie a salvar a la humanidad.


¡Gracias
BasastiáN!

Fragmento

La noche del 9 de noviembre de 1878, a eso de las nueve, el joven Charles Ashmore dejó el círculo familiar, reunido alrededor del fuego, tomó un balde de lata y se dirigió a la fuente. Al no verlo regresar, la familia se inquietó. Su padre, encaminándose a la puerta por la que había salido el joven, lo llamó sin recibir respuesta. Encendió luego una linterna, Y, junto con su hija mayor, Martha, que insistía en acompañarlo, partió en su búsqueda. Había caído un poco de nieve que, si bien ocultaba el sendero, hacía más claros los rastros del joven; cada huella tenía contornos bien definidos. Tras recorrer poco más de medio camino -acaso unas setenta y cinco yardas - el padre, que iba adelante, se detuvo, y, elevando su linterna, examinó atentamente las tinieblas que lo precedían.
-¿Qué pasa, padre? -preguntó la muchacha.
Pasaba lo siguiente: el rastro del joven se interrumpía abruptamente, y, más allá, sólo se veía la intocada tersura de la nieve.
Las últimas huellas eran tan claras como las anteriores; incluso era perfectamente visible la marca de los tachones. Mr. Ashmore alzó los ojos, protegiéndolos con el sombrero, que mantuvo entre ellos y su linterna. Brillaban las estrellas; ni una nube afeaba el cielo; la nueva explicación a que había acudido (una nueva nevada con un límite cuyo trazado era obvio) le era negada. El hombre rodeó cuidadosamente los últimos rastros (de modo que los hallara incólumes en un próximo examen) y prosiguió hasta la fuente, seguido por la muchacha, débil y aterrada. Ninguno había dicho una palabra ante lo que habían visto.

Desapariciones misteriosas, Ambroce Bierce

Fragmento

El temperamento de Bedloe era extraordinariamente sensible, excitable y entusiasta.
Poseía una imaginación singularmente vigorosa creadora que, sin duda, era reforzada por el uso habitual de la morfina, que ingería en grandes cantidades y sin la cual no habría podido sobrevivir. Solía tomar una gran dosis inmediatamente después del desayuno todas las mañanas, o bien tras un pocillo de café fuerte, pues no comía nada hasta mediodía, y después echa iba a andar solo, o bien acompañado por un perro, en larga caminata por cadena de salvajes y desolados cerros que corre hacia el oeste y sur de Charlottesville, donde se la dignifica allí con el nombre de los Montes Ragged.

UN CUENTO DE LOS MONTES RAGGED, Edgar Allan Poe

Puertas a universos paralelos

Un físico ruso dice que si los astrónomos buscasen por las señales justas se podrían encontrar puertas a universos paralelos o hacia partes distantes de nuestro propio universo.

Se tratarían de los famosos agujeros de gusano, que según la física teórica unen diversas partes de nuestro universo. También se dice que podrían ser el paso hacia universos paralelos. Cualquier cosa que entrase por un lado del agujero saldría instantáneamente por el otro lado, al menos mientras el túnel pudiese mantenerse abierto.

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Según el Dr Alexander Shatskiy, del Instituto de Física Levedev en Moscú, los agujeros de gusano que dan hacia otros mundos pueden ser reconocidos por la forma inusual en que curvan la luz.

El físico cree que los futuros telescopios espaciales podrían descubrir agujeros de gusano en los centros de las galaxias.

Pueblo chico, Sierra Grande

Las excursiones por el paraje patagónico Sierra Grande son ásperas y suelen terminar en prostíbulos o minas concesionadas por los chinos, los guías de turismo no abundan y el pueblo parece una maqueta estadounidense para realizar pruebas atómicas. Tierra de tehuelches que casi no están y donde hacer turismo es prácticamente una tarea imposible.

Acá en la Ruta 3, justo cuando el cartel marca el kilómetro 1265, pleno desierto de la Patagonia, los guías de turismo no abundan, pero por unas monedas Loquito Pitín te puede hacer un par de changas, llevarte los bolsos, comprarte puchos y escabio.

La medicina clásica diría que Pitín es idiota y aun así quienes lo conocen dicen que nomás es loco, ningún boludo, el exponente máximo de este cascoteado pueblo que alguna vez fue ciudad, bautizado Sierra Grande, lo que en tehuelche significa Vuta Mahuida.

Que Sierra Grande sea un pueblo condenado y hasta parezca maldito, abrasado por el sol, comido por viento, gobernado por el polvo y desquiciado por el hombre, no es razón para amedrentar a quienes rumbean para el sur en busca de no-turismo, y caen por estas latitudes (41º36”S -65º21”O), adonde la nafta empieza a valer la mitad de precio.

Conocer las maravillas ocultas que hay en las cercanías del pueblo puede ser alucinante, pero no esperes que Loquito Pitín te sirva de guía o te cuente las historias del lugar, que te hable sobre las chicas reducidas a servidumbre ni te advierta sobre los riesgos de ser sodomizado en alguna de las cinco whiskerías que hay sobre la ruta.

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Cerrado por vacaciones

Eso, estoy metido en la pelopincho. si querés, pasá por acá.
Saludetes.

Surtsey: la isla emergente

Frente a las costas de Islandia, cerca de las Islas Westman, en la mañana del 14 de noviembre de 1963, la tripulación de una flota pesquera se encontró con una alarmante visión. Una columna de humo negro provocaba el movimiento de las aguas. Preocupado por si podía ser otro barco en llamas, el capitán ordenó a sus buques que se acercaran al lugar. Una vez allí, sin embargo, no encontraron ningún barco, sino una serie de violentas explosiones que producían mucha ceniza. Muy consciente del peligro potencial del suceso, pero deseosa de verlo, la tripulación mantuvo su barco cerca de la erupción. En realidad, a pesar del riesgo, todos eran conscientes de aquello que estaba ante sus ojos: la formación de una nueva isla.

A109 Surtsey1

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