Ray Bradbury

El maestro de la ciencia ficción, fallecido esta semana, concebía en libros como Crónicas Marcianas y Fahrenheit 451 un futuro dominado por la tecnología. Algunas de sus ideas son una realidad.
The Washington Post realizó un listado con las 10 predicciones que se cumplieron.

1. Auriculares
En Fahrenheit 451, las personas llevan unos particulares audífonos con micrófono con el que hablan unas con otras. Son como una previa a los actuales auriculares de teléfonos y la comunicación por Bluetooth.

2. Televisores con pantallas planas
En la recordada novela de Bradbury, la sociedad futurística está obsesionada con sus grandes televisores ultradelgados, al igual que los tecnófilos actuales.

3. El muro
El libro también menciona que los ciudadanos se comunican con sus amigos a través de un muro digital, la misma terminología y método que usa Facebook para su "wall".

4. Aislamiento social
La soledad derivada del prestar más atención al entorno digital más que a la propia vida es central en la obra de Bradbury. Así se refleja, por ejemplo, en el relato El peatón (1951), en el que el protagonista Leonard Mead es arrestado por salir a dar un paseo y no tener una tele.

5.  Autos que se manejan solos
En El Peatón (The Pedestrian, en inglés), aparece un vehículo que se conduce -y piensa- solo y que apresa al protagonista para trasladarlo a un hospital mental. Un poco menos inteligente, pero con una esencia similar es el flamante coche de Google, que prescinde de conductor.

6. Aumento de la vigilancia electrónica
La idea se refleja en los trabajos de Bradbury, en los que se describe un circuito cerrado de cámaras en las principales ciudades del mundo. Su objetivo era denunciar la situación antes de que avanzara. Fracasó.

7. Las noticias
La crítica a la cobertura de los medios de comunicación que el estadounidense hace en Fahrenheit 451 es similar a la que se les hace hoy en día, con noticias de corto alcance y sensacionalistas.

8. Cajeros automáticos
Bradbury fue un visionario en el concepto de cajeros automáticos de los bancos al plantear algo similar en el que,  más que dinero, se extraía información financiera de los usuarios las 24 horas del día.

9. Inteligencia artificial
En Crónicas Marcianas y Fantasmas de lo Nuevo (I Sing the Body Electric!, en inglés), el escritor exploró la inteligencia artificial y la robótica antes de que se hiciera extendida. Hasta contempló la posibilidad de que, algún día, las máquinas tengan sentimientos.

10. Libros electrónicos o e-books
Los libros no están prohibidos hoy en día, por suerte, aunque algo similar ocurrió para Bradbury con los nuevos lectores digitales. "Los e-books huelen a combustible quemado", sentenció una vez. Su temor era que las ediciones en papel dejaran de existir, una analogía a lo que ocurría con Fahrenheit.

La NASA más cerca de hallar vida en luna Encelado de Saturno

"Es el lugar más promisorio que conozco para una búsqueda astrobiológica. Ni siquiera necesitamos rascar la superficie. Podemos volar y tomar muestras. O podemos aterrizar en la superficie, buscar y sacar la lengua", explicó Carolyn Porco, a cargo del equipo de imágenes en Cassini.



La sonda hizo su pasada más baja sobre el polo sur de los géiseres de Encélado a una altitud de 74 kilómetros, lo que le permitió captar los chorros de vapor de agua y hielo que la luna lanza hacia el espacio.
Según los científicos, hay pruebas de que esos flujos son alimentados por un océano de agua líquida bajo la capa externa de hielo de Encélado que podría estar en contacto con el núcleo rocoso de la luna.

Titán cambia de apariencia con las estaciones

Un conjunto de trabajos recientes, muchos de los cuales se basan en datos de la nave Cassini de la NASA, revelan detalles de cómo cambia la apariencia de la luna Titán de Saturno con las estaciones del año e incluso durante el día. Los documentos, publicados en la revista Planetary and Space Science en un número especial titulado "Titán a través del Tiempo", muestran cómo la mayor luna de Saturno resulta ser un primo muy peculiar de la Tierra.
   "En conjunto, estos documentos nos dan algunas nuevas piezas en el rompecabezas que es Titán", dijo Conor Nixon, un científico del equipo Cassini de la NASA. "Nos muestran en detalle cómo la atmósfera de Titán y su superficie se comportan como la Tierra: con nubes, lluvia, valles con ríos y lagos. Nos muestran que las estaciones cambian, también, en Titán, aunque de maneras inesperadas".

LA CONDENA

Charley Dalton, astronauta procedente de la Tierra, había cometido un grave delito hacía menos de una hora tras su llegada al duodécimo planeta que orbitaba en torno a la estrella Antares. Había asesinado a un antariano. En la mayoría de los planetas, el asesinato era un delito y en otros un acto de civismo. Pero en Antares era un crimen capital.
- Se le condena a muerte - sentenció solemnemente el juez antariano -. La ejecución se llevará a cabo mediante una pistola de rayos, mañana al amanecer.
Sin posibilidad alguna de recurrir la sentencia, Charley fue confinado en el Pabellón de los Condenados.
El Pabellón se componía de 18 lujosas cámaras, todas ellas espléndidamente abastecidas de una gran variedad de viandas y bebidas de todas clases, con cómodo mobiliario y todo aquello que uno pueda imaginar, incluida compañía femenina en cada habitación.
- ¡Caramba! - dijo Charley.
El guardián antariano se inclinó y dijo:
- Es la costumbre en nuestro planeta. En su última noche, a los condenados a muerte se les concede todo lo que deseen.
- Casi ha merecido la pena el viaje - contestó Charley -. Pero, dígame, ¿cuál es la velocidad de rotación de su planeta? ¿De cuántas horas dispongo?
- ¿Horas?... Eso debe ser un concepto terrestre. Voy a telefonear al Astrónomo Real.
El guardián telefoneó y escucho atentamente durante un rato, luego dirigiéndose a Charley Dalton, informó:
- Tu planeta, la Tierra, realiza 93 revoluciones alrededor de su sol en el transcurso de un periodo de oscuridad en Antares II. Nuestra noche equivale, más o menos, a cien años terrestres.
El guardián, cuya esperanza de vida era de veinte mil años, se inclinó respetuosamente antes de retirarse.
Y Charley Dalton comenzó su larga noche de festines, de borracheras y etcétera, aunque no necesariamente en ese orden.

Fredric Brown