La Historia Secreta de los Mongoles CAPITULO II

La juventud de Genghis
69. Cuando Menlig, hijo del viejo Charaja, cumpliendo las órdenes de Temuuzhin, avisó a Dai Sesen de que Esujey Baatar extraña mucho a su hijo y quiere que se lo traigan a su casa, Dai Sesen dijo: “Si así es, mandaré a Temuuzhin a su casa, pero con la condición de que vuelva pronto”.

70. Aquella primavera las reinas Orbay y Sojatay, esposas de Ambagay khan deciden organizar una fiesta a la que Ogulun uzhin no fue invitada y les dice: “Ustedes creen que ya no necesitan de nosotros tras la muerte de Esujey Baatar, creen que mis hijos son aún pequeños y nos deprimen del derecho de compartir las bendiciones, los manjares y licores. Se comen sin nosotros y se van sin nosotros”.

71. A lo que Orbay y Sojatay le replican:
“No estamos obligadas a invitarte.
Comerás si se te presenta la oportunidad.
No estamos obligadas a llevarte la comida.
Comerás si se te presenta la ocasión”.
Así, a la muerte de Ambagay khan, Ogulun uzhin es despreciada y humillada.

72. “Mudémonos sin Ogulun uzhin y los niños. No los lleven. Los dejaremos donde están” – dijeron los taichuud Targutay jiriltu y Todogen girte y se dirigen la mañana siguiente hacia el río Onon. El viejo Charaja trata de convencer a los Taichuud de que no se mudaran, que no dejaran a la familia Esujey, a lo que le contesta Todogen Girte, uno de los traidores: “las aguas se secaron y las piedras se derrumbaron”, significando con esto que todo se había acabado e inmediatamente apuñaló al viejo Charaja por la espalda.

73. El viejo Charaja, gravemente herido, apenas llega a la casa y se desploma en la cama, cuando vino a verlo Temuuzhin, al que Charaja le dice: “Traté de persuadir a los súbditos que reunió tú padre para que no se fueran y me han herido como consecuencia. Temuuzhin al escucharlo, salió de la tienda llorando.
Ogulun uzhin, por su parte cabalga su caballo y con una bandera en la mano trata también de conservar la unidad de la tribu y de convencer a los que se querían ir.

74. Los Taichuud y sus familiares comenzaron a abondonar a la familia de los Esujey, quedándose su viuda sola con sus hijos menores.
Ogulun, a solas con sus pequeños hijos, se viste de hombre, para sobrevivir cabalga su caballo y sale recorriendo las orillas del río Onon en busca de alimentos para la familia. Ella, en ocasiones, hace de cazador, en otras, de pescador y de agricultor, alimentando de esta forma a sus hijos hasta convertirlos en khanes y reyes.

75. Con el tiempo los hijos de Ogulun fueron creciendo hasta cuidar a su querida madre que los había criado y educado en condiciones tan difíciles para sobrevivir.

76. Cierto día, Temuuzhin, Jasar, Begter y Belgutey - salen a pescar. Begter y Belgutey le quitan a Temuuzhin y Jasar el pez atrapado. Estos, ofendidos, se dirigen a su madre a quejarse, a lo que Ogulun uzhin contesta: “Siendo hermanos, ¿por qué no siguien el ejemplo de los cinco hijos de Alan Goo? No deben continuar peleando”.
“Recuerden que no tenemos amigos que nuestras sombras, No tenemos látigos excepto colas de nuestros caballos”. “¿Cómo comportan de esta manera?, ¿Quién se vengará de los Taichuud?” Y regaña a sus dos hijos.

77. Sin embargo, Temuuzhin y Jasar desafían a su madre y le dicen –“Ayer cazamos una golondrina y ellos nos la quitaron. Hoy ocurrió lo mismo. ¿Cómo podemos vivir con ellos en esta forma?”
Y salieron furiosos, tirando la puerta de la tienda. En este momento Begter, el hermanastro, que se encontraba en una loma atendiendo su rebaño de caballos, muere a causa de sendas flechas que Temuuzhin y Jasar le lanzan a sangre fría.

78. Cuando Temuuzhin y Jasar regresan a la casa, Ogulun se da cuenta por la cara de los dos hombres de lo que ocurrió y les dice:
¨¡Oh, despiadados!
No en vano naciste de mi vientre apretando un coagulo
Sois como perros carnívoros que muerden su propia costilla
Sois como leopardos que aferren rocas
Sois como leones que no aguantan su furia
Sois como monstruos que tragan a vivo
Sois como halcones que atacan su propia sombra
Sois como lucios que tragan sigilosamente
Sois como camellos que muerden sus propias criaturas
Sois como lobos que atacan bajo lluvias
Sois como patos que ayuentan a sus pequeñuelos
Sois como hienas que defienden su hogar
Sois como felinos que son insaciables
Sois como perros locos que no paran para asaltar
Vos no tenéis amigos excepto vuestras sombras
Vos no tenéis látigos excepto vuestras colas
¿Por qué se pelean entre sí? ¿Siendo así cómo van a vengarse de los Taichuud?¨

79. Mientras tanto, los Taichuud, pensando que la hora había llegado porque la familia de Esujey se había empobrecido y debilitado hasta el extremo, atacan el campamento de Temuuzhin con la intención de capturarlo. Pero la familia logra huir hacia la montaña. Los Taichuud gritaban: “¡Necesitamos solamente a Temuuzhin, entréguenoslo y no vamos a hacer daño alguno a los demás!”
La familia le aconseja a Temuuzhin que huya hacia las profundidades de la selva en la montaña Burjan Jaldung. Los hermanos se esconden en la selva, Belgutey con madera construyó barricada, Hasar lanzaba flechas contra los invasores mientras sus tres hermanos menores se ocultan en una cueva. Los invasores lo buscan por todos los lados pero la jungla, inaccesible e impenetrable, les cierra el paso, haciendo imposible la búsqueda.

80.Temuuzhin pasa tres días y tres noches y al fin decide salir. Pero ve que la montura se había caído del caballo. Entonces piensa que el Cielo no quiere que él salga de la jungla y pasa tres noches más. Al cabo decide otra vez salir del escondite pero en esta ocasión ve que una enorme piedra se había caído tapando la entrada del escondite. Y Temuuzhin pensó entonces que el Cielo no quiere que él salga y pasa otras tres noches en la jungla.
En total pasó nueve días y nueve noches en la jungla sin comer, ni tomar nada y al fin decide salir, pensando que los invasores se habían ido. Pero los Taichuud lo atrapan, y el taichud Targuday jiriltug lo lleva a su campamento.

81. Los Taichuud le colocan una pesada yunta de madera alrededor del cuello con la intención de mantenerlo prisionero y ponen un guardia para que lo vigile.
Un día, los Taichuud celebran una boda y terminada la ceremonia, Temuuzhin le da un golpe en la cabeza al centinela con sus cadenas, colgadas en sus manos, sale huyendo hacia el río Onon y se oculta en el agua boca arriba.

82. Los Taichuud, despertados por el grito desesperado del guardia, quien les avisa que el prisionero se había escapado, salieron en busca de Temuuzhin. Era una noche bien clara con luna plena que parecía de día.

83. Sorjon Shar, uno de los Taichuud descubrió al prófugo, metido en el agua y le dijo a Temuuzhin: “tú eres inteligente y valiente por lo que te buscan. Sigue ahí que no voy a decir nada” y añadió que cuando la búsqueda terminara que se fuera a su campamento a unirse con su familia.

84. Cuando los Taichuud se marcharon a sus casas, Temuuzhin decide ir a la casa de Sorjon Shar, quien le había salvado la vida y en quien se podía, por tanto, confiar.

85. Cuando Temuuzhin entra en la casa de Sorjon Shar, él le pregunta: “¿Por qué viniste, te dije que te fueras a tu campamento? En este momento los dos hijos de Sorjon shar, llamados Chimbay y Chuluun intervienen en la conversación y le dicen al padre: “No debemos votarlo de nuestra casa. El es como una golondrina que huye de las garras de un halcón. Se ve que es gente buena. Lo vamos a ocultar en la carroza donde se guarda la lana ovina”. Dicho esto, la familia de Sorjon Shar le ofreció alimentos.

86. El tercer día, los Taichuud seguían la búsqueda y llegaron a la casa de Sorjon Shar. Al llegar a la carroza con lana, los Taichuud casi estuvieron a punto de alcanzar los pies de Temuuzhin, cuando Sorjon Shar dijo: “Con este calor que hace, ¿qué ser humano puede soportar la vida dentro de lana? ¨ Que fue lo que convenció a los Taichuud para dar por terminada la búsqueda en la casa de Sorjon Shar.

87. Cuando se marcharon los Taichuud, Sorjon Shar le ofreció a Temuuzhin un caballo sin montura, un arco con dos flechas y alimento suficiente para que regresara a su campamento.

88. Temuuzhin emprende el viaje, cuesta arriba del río Onon, siguiendo el arroyo Jimurga para reunirse con su familia en un lugar llamado Jorchujay boldog.

89. La familia de Temuuzhin entonces se traslada hacia el Lago Azul, parte sur de la Montaña Burjan Jaldun, alimentándose de marmotas y ratones monteses.

90. Cierto día, llegaron unos ladrones y se llevaron los ocho caballos que tenía la familia Temuuzhin, que no pudo ofrecer resistencia por no tener un caballo a su lado. Belgutey, que se había ido con otro corcel para cazar, llega al atardecer cargado de marmotas. Cuando supo del robo dijo que iría en busca de los ladrones, pero Jasar se opuso y se ofreció para ir él. Entonces Temuuzhin dijo: “Ustedes no podrán alcanzar a los ladrones, iré yo”.
Diciendo esto, cabalgó el único caballo que quedaba a la familia. Tras tres días de viaje, siguiendo las huellas dejadas por los caballos en la hierba, encuentra un rebaño de estos animales y junto a él a un joven ordeñando una yegua. Temuuzhin le pregunta si había visto ocho caballos pasar por allí. El joven le contesta que sí, que él vio cómo antes de la salida del Sol pasaron ocho caballos por la cercanías de su casa. El joven también le dijo que si tenía problemas, le ayudaría como un buen amigo, y añadió que se llamaba Boorchi7, único hijo de Naju Bayan.
Juntos continuaron la búsqueda. Al transcurrir tres días se tropezaron con los ocho caballos robados, Temuuzhin le dijo a Boorchi: “Tú te quedas aquí, yo iré a buscar mis caballos”, a lo que éste responde: “Si somos amigos ¿cómo voy a dejarte ir sólo? Yo voy contigo”; y entre los dos ahuyentaron a los corceles.

91. Detrás apareció mucha gente con la intención de perseguirlos, pero como atardecía, no pudieron darles alcance.

92. Pasaron tres días y tres noches hasta que alcanza la casa de Boorchi y Temuuzhin le preguntó, en reconocimiento de su ayuda, cuántos caballos quería que le regalara. Boorchi le contesta que él no quiere ninguno, porque su padre era rico y que ellos tenían suficientes caballos; que lo había ayudado como un buen amigo sin ningún interés y no buscaba recompensa alguna.

93. Al llegar a la casa de Boorchi, el padre, Naju Bayan, que estaba preocupado y nervioso por su hijo, se puso muy contento al saber que su hijo había ayudado a un joven pobre, al cual le habían robado sus caballos y les dijo que siempre fueran buenos amigos. Tras tres días de viaje Temuuzhin llega a su casa y encuentra felizmente a Ogulun uzhin y sus hermanos al lado del arroyo Sengur.

94. Temuuzhin había visto a Borte uzhin a los nueve años y no la había vuelto a ver más. Ahora Temuuzhin sale con Belgutey a buscar a Borte Uzhin y cabalgan hacia las orillas del río Kerulen. Dai Sesen se puso muy contento al ver a Temuuzhin y entregó a Borte uzhin a Temuuzhin. Borte uzhin viene acompañada por su madre Chotan.

95. Para despedirse de Chotan e invitar a Boorchi, Temuuzhin envió a Belgutey. Boorchi aceptó la invitación gustosamente y sin avisarle a su padre se fue acompañado de Belgutey. Así empezó la amistad entre Temuuzhin y Boorchi.

96. La familia de Temuuzhin se muda del arroyo Sengur hacia las orillas del río Kerulen. Temuuzhin, Jasar y Belgutey deciden ir a visitar a un viejo e íntimo amigo de su padre Esujey, Van Khan llevándole como regalo un abrigo de marta negra. Van Khan se había asentado en las orillas del río Tuul. Al verlo Temuuzhin le dijo: “Usted fue un íntimo amigo de mi padre, que es igual que ser mi padre, por esta razón le traje un abrigo de marta negra”, a lo que aquel replicó: “Al recibir gustosamente tu abrigo de marta negra, te ayudaré a reunir tu estado dividido e integraré tu nación desunida. Que el omóplato esté en la parte delantera y que los riñones estén en la trasera” - dicho en el sentido de que el Estado tenga un jefe -.

97. Los Temuuzhin se dirigían hacia un lugar llamado Burgi, cuando el viejo herrero Zharchuday, de la tribu Urianhay, cargando su fuelle, llegó acompañado de su hijo Zelme, y le dice a Temuuzhin: “Cuando tú naciste en Deluun Boldog, de Onon, te regalé una cuna de marta y a mi hijo Zelme, pero este era pequeño, y lo tuve que llevar a mi casa, ahora te lo entrego a ti para que él te ensille tu caballo y te abra la puerta de tu casa”.

98. Una mañana, al amanecer, la vieja Joogchin, sirvienta de Ogulun uzhin, grita: “Levántense todos, que oigo un ruido parecido a galopes de caballos. Vienen a atacarnos los temibles Taichuud”.

99. Todos se levantaron. Temuuzhin, la madre Ogulun, Jasar, Hachiun, Temuge, Belgutey, Boorchi, Zelme, todos ensillaron sus caballos. Temulin y Ogulun montaron el mismo caballo, pero Bort uzhin se quedó sin cabalgadura.

100. Los hermanos Temuuzhin se dirigieron a Burjan Jaldun. La vieja Joogchin ocultó a Bort Uzhin en el carruaje, tirado por un buey. Dentro del carruaje había ropas, pertenencias personales de la familia. La vieja, conduciendo su buey se dirigía hacia el arroyo Tunjuleg, cuando, de repente, aparecen unos soldados a galope y le preguntan: “¿Quién eres?” La vieja les contesta: “Soy una súbdita de Temuuzhin, me dedico a esquilar ovejas y ahora regreso a mi casa con la lana cargada en el carruaje”. Los soldados nuevamente preguntaron: “¿ Temuuzhin está en su casa, dónde está su casa?”. Entonces la vieja responde: “La casa está cerca, yo no sé si Temuuzhin está en su casa o no”.

101. Los soldados se fueron a galope. La vieja Joogchin quiso apresurarse, dando latigazos al buey, pero de pronto se parte el eje del carruaje. En ese momento los mismos soldados regresan y de nuevo la interrogan: “¿qué hay en este carruaje?” –“lana” – contesta. Entonces uno de los militares ordena – “¡soldados, bájense del caballo y revisen el carruaje!”. Al revisar encuentran a Borte uzhin. La sacan del carruaje la montan en un caballo junto con la vieja Joogchin y parten hacia Burjan Jaldun en busca de Temuuzhin.

102. Estos soldados pertenecían a los Merkid, y querían vengarse de Temuuzhin por una vieja ofensa de Esujey Baatar: le raptó Ogulun uzhin al Merkid Chiledu.
Buscaron por doquier a Temuuzhin sin éxito alguno, pero entendieron que se habían vengado pues tenían a su mujer.

103. Los Merkid le entregaron Borte uzhin al hermano menor de Chiledu, Chileger. Entretanto Temuuzhin manda a Belgutey, Boorchi y Zelmee a rastrear y comprobar si los Merkid todavía estaban en la montaña. Los tres hombres siguen a los Merkid y se dan cuenta de que estos se alejan. Al enterarse de la retirada Temuuzhin, golpeando su pecho, volviendo su cara hacia el Sol, coloca su cinturón en el cuello, se quita el gorro, pone su mano en su pecho, y de rodillas, ora nueve veces al Astro Rey y a la montaña Burjan Jaldun por haberle salvado la vida de sus acérrimos enemigos. Juró rezar por Burjan Jaldun cada día, cada mañana en eterno reconocimiento por la protección de sus generaciones.

Microorganismos de Titán podrían comer acetileno

La luna helada de Saturno, Titán puede ser más amigable a la vida que se pensaba. Nuevos cálculos sugieren que los lagos de hidrocarburos de Titán se cargan con el acetileno, un químico que algunos científicos dicen que podría servir de alimento a microorganismos resistentes al frío.


En unos -180 ° C, la superficie de Titán es demasiado frío para el agua líquida.Sin embargo, dos pares de los científicos propusieron en 2005 que los organismos exóticos pueden vivir, en lugar en los órganos de hidrocarburos líquidos en la luna helada. Sugirieron esos organismos podría comer acetileno que cae a la superficie después de formar en la atmósfera, se combina con el hidrógeno para obtener energía.
Desde entonces, la Cassini ha detectado docenas de lagos en la superficie de Titán, que se cree ser de una mezcla de etano y metano líquidos. Pero ya que no tiene la sonda directamente a la muestra, no se sabe cuánto acetileno que pudieran contener.
Una estimación hecha en 1989 sugirió órganos de hidrocarburos líquidos en Titán contienen algunas partes de 10.000 de acetileno.
Sin embargo, una estimación actualizada sobre la base de datos de la misión Cassini-Huygens hacia Saturno sugiere los lagos contienen mucha más comida para los hambrientos de vida extraterrestre formas que pueden estar presentes. Los nuevos cálculos fueron hechos por un equipo de científicos dirigido por Daniel Cordier de la Ecole Nationale Supérieure de Chimie de Renne, Francia.

La Historia Secreta de los Mongoles CAPITULO I


1. Los antepasados de Genghis Khan se remontan a Bort Chono, nacido del Supremo Cielo. Su esposa fue Goo Maral. Ellos viajaron a través de océanos y ríos y se asentaron en la ribera del río Onon, en la montaña Burjan Jaldung y dieron a luz a un hijo llamado Battsagaan.

2. Battsagaan tuvo como hijo a Tamacha, este a Jorichar merguen, quien a su vez fue padre de un hijo llamado Uuzhim Borojul. Uuzhim Borojul fue padre de Sali Jachagu, quien a su vez fue padre de Ije Nuden. Sem Sochi fue hijo de Ijenuden, cuyo hijo fue Jarchu.

3. Borjigiday Mergen, que era hijo de Harchu, se casó con Mongoljin Goo, quien trajo a la vida una criatura que llamaron Torgoljin Bayan, cuya esposa fue Borogchin Goo. Torgoljin Bayan tenía como hijo a Boroldoy Dialsbu y además, dos caballos, llamados Dair y Bor. De su matrimonio nacieron Duva Sohor y Dobu Mergen.

4. Duva Sojor tenía un solo ojo en la frente, no obstante veía a varias millas de distancia.

5. En una ocasión Duva Sojor y su hermano Dobu Mergen vieron desde la cima de la montaña Burjan Jaldun que por la ribera del arroyo Tunjeleg venía un grupo de gente con sus casas de fieltro a cuestas.

6. Entonces Duva Sojor le dice a su hermano: ”Entre esta gente que viene hay una hermosa mujer con quien tú puedes casarte” y manda a su hermano a que la viera.

7. Dobu Mergen, al ver a la joven, que aún no estaba casada, se queda impresionado. La joven se llama Alan Goo.


8. Aquella gente era de Bargudai Mergen, caudillo de la tribu Jul Barguzhin, cuya hija Barguzhin Goo se había casado con Jorilardai Mergen, jefe de la tribu Jori Tumed. Alan Goo era hija de Barguzhin Goo y había nacido en el lugar llamado Arig Us, tierra de Jori Tumed.

9. Horilarday Mergen alimentaba a su familia cazando cebellinas y ardillas en su lugar natal. Una vez él tuvo una discusión con otra gente sobre el lugar de caza y tuvo que mudarse a la montaña Burjan Jaldung que era rico en animales de caza y venía desde lejos para dedicarse a la caza en la montaña Burjan Jaldung.

10. El matrimonio de Dobu Mergen y Alan Goo tuvo dos hijos llamados
Bugunutey y Belgunutey.

11. Por su parte, el hermano de Dobu Mergen, Duva Sojor, tuvo cuatro hijos, quienes después de la muerte de su padre, no se llevaron bien con su tío Dobu Mergen, lo que les obligó a trasladarse a otro lugar, dando origen a la tribu Durvud1.

12. Un día Dobu Mergen escaló una montaña a cazar ciervos y vio que un hombre de la tribu Urianjay2 había atrapado uno y estaba asando costillas en el bosque.

13. Entonces Dobu Mergen le pidió que compartiera la carne con él. Como resultado el Urianjay se queda con la piel del animal y toda la carne se la entrega como regalo a Dobu Mergen.

14. En el camino de regreso, Dobu Mergen se encuentra con un hombre pobre, acompañado de su hijo.

15. “Quién eres tú” – le pregunta Dubu Mergen al hombre. Y aquel le replica “Yo soy de la tribu de Maalig Bayud3 me he empobrecido, dame de la carne de ciervo que tú tienes y a cambio te daré mi hijo”.

16. Dobu Mergen estuvo de acuerdo, le dio un muslo del ciervo y tomó al hijo, a quien convirtió en sirviente doméstico.

17. Después de la muerte de Dobu Mergen, su viuda Alan Goo dio a luz a tres varones llamados Buja Hatagi, Bujatu Salji y Bodonchar.

18. En cierta ocasión, Alan Goo escuchó que los dos hijos legítimos hablaban en secreto entre sí su sospecha de que sus medios hermanos eran probablemente hijos del único hombre-sirviente que habitaba la casa, perteneciente a la tribu Maalig.

19. Un día de primavera la madre Alan Goo les preparó a sus cinco hijos un tasajo de carnero, los hizo sentarse a su lado y les dío a cada uno de ellos una flecha de arco para que la rompieran, lo que todos hicieron fácilmente. Sin embargo, cuando ella les dio las cinco flechas juntas, ninguno pudo romperlas.

20. Entonces fue cuando dijo: “mis dos hijos Belgunutey y Bugunutey sospechan de los tres hijos míos que nacieron después. Tienen razón en hacerlo.

21. Sin embargo, no saben la verdad. Cada noche un hombre luminoso amarillo entra por el hueco de la chimenea de la tienda/casa/ y pasa su mano por mi vientre y su luz penetra en él. Y este hombre de repente sale de la casa y desaparece. Por eso deben ser hijos del cielo. ¡Cómo ustedes van a decirme que fueron gente de esta tierra! Se darán cuenta cuando ellos sean khan de khanes y rey de reyes.

22. Alan Goo también les dijo a sus hijos: “si ustedes se dividen entre sí y quieren vivir uno por uno, serán vencidos fácilmente como la flecha que rompieron, pero si se unen, se juntan , nunca serán vencidos”, y muere poco tiempo después.

23. A la muerte de su madre, los cuatro hijos dividen su rebaño de caballos y demás animales entre sí, dejando a un lado a su hermano Bodonchar, al considerarlo de poco juicio.

24. Bodonchar, que no tuvo la suerte de obtener algo de lo que su madre dejó, se separó de sus hermanos, cabalgando su único caballo y se fue hacia las orillas del río Onon, dejando su destino a riendas sueltas. Dormía bajo el heno, vivía hambriento.

25. Un día se apoderó, con el uso de lanusa, de un halcón, al que después adiestró para que le cazara golondrinas y patos para alimentarse.

26. Bodonchar, hambriento, se alimentaba de ciervos perseguidos por lobos y de restos de animales dejados por los mismos.

27. Con el tiempo llegó la primavera y con ella llegaron patos y gansos y el halcón adiestrado fue suelto a cazarlos.

28. Una tribu viajó desde la montaña Duiran y se asentó en la orilla del río Onon. Bodonchar por el día visitaba la tribu para tomar leche fermentada de yegua y por la noche regresaba a su casucho de heno para dormir.

Mitos y Leyendas - La Historia Secreta de los Mongoles (I)29. La tribu le pide a Bodonchar su halcón quien lo rechaza. La tribu nunca pregunta quien era Bodanchar, Bodonchar tampoco se interesa quienes eran los hombres de la tribu.

30. Un día, inesperadamente, vino su hermano mayor Bugu jatagi a la orilla del río Onon buscando su hermano y pregunta a la tribu por si han visto a su hermano, su caballo, explicando las características de los mismos.

31. Los hombres de la tribu le dicen: “el hombre y el caballo son similares a lo que tú dices. El tiene un halcón. Nos visita diariamente a tomar leche fermentada de yegua. No sabemos donde pasa la noche. El viento que sopla del noroeste dispersa las plumas de patos y gansos, atrapados por su halcón, por todos los lados como si estuviera nevando. Debe estar cerca. Debe venir ahora. Espere”.

32. A poco rato, un hombre a caballo venía por la orilla del arroyo Tunjeleg. Bugu hatagi reconoce a su hermano y se lo lleva consigo.

33. Bodonchar le dice a su hermano: “Los menores deben respetar a los mayores al igual que el deel4 tiene su cuello, sin el cual el deel no sería el deel”. Bugu jatagi no le hace caso.

34. Bodanchar a poco rato repite lo que dijo. El hermano tampoco dice nada. Cuando Bodonchar por tercera vez le repite la misma frase, Bugu jatagi le dice: ¿Qué es lo que estás diciendo?, ¿Por qué repites la misma cosa varias veces?

35. Bodonchar le habla a su hermano de la tribu recién arribada a la orilla del río Onon y le propone invadirla y apoderarse del grupo, puesto que, según Bodonchar, la mencionada tribu no tiene un jefe fijo y todos viven en igualdad de condiciones.

36. El hermano dice: “ Si es así, vamos a consultar con los hermanos en la casa”.

37. Los hermanos se consultan y llegan a la conclusión de invadirla.

38. Bodonchar, en la vanguardia, se adueña de una mujer embarazada y la convierte en su esposa. Ella era de la tribu Zharchuud.

39. Así, los cinco hermanos se apoderan del ganado, los alimentos y de la entera tribu.

40. Al hijo que nació lo llamaron Zhazhiraday, que significa hombre de tribu ajena. Zhazhiraday tuvo un hijo llamado Tuguudei, cuyo hijo fue Buri bulchiru, quien a su vez tuvo como hijo a Jar Jadaan. Zhamuja5 fue hijo de este último. Esta tribu se llamó Zhadaran.

41. Aquella mujer dio a luz a otro hijo, al que le llamaron Baariday, dando lugar a la tribu Baarin. Chidijul fue hijo de Baaridai y tuvo muchos hijos e hijas y fundaron la tribu Menin baarin.

42. Cada uno de los cinco hijos de Alan Goo fue formando una tribu independiente. Así, Belguntey formó la tribu Belgunud; Bugunutey, Bugunud; Bugu hatagi, Hatagin; Buhatu salzhi, Salzhid y por último Bodonchar, Borzhigin.

43. Bodanchar tuvo otro hijo llamado Jabichi, nacido de su segunda mujer. La mujer que vino como regalo de nupcias de Jabichi baatar se convierte en amante de Bodanchar y nace Zhegurudei, quien tenía mala fama entre la tribu.

44. A la muerte de Bodonchar, rehabilitan a Zhegurudei, al considerar que éste era hijo de la tribu Urianjaday, dando origen a la tribu Zhegureid.

45. Jabichi baatar tuvo como hijo a Menen tudun. Menen tudun tuvo siete hijos: Jachi hulug, Jachin, Jachigu, Jachula, Jachigun, Jaralday y Nachin baatar.

46. Jaidu fue hijo de Jachi julug y su madre se llamó Numulun. Noigidai fue hijo de Jachin y dio origen a la tribu Noigidai. Baruladai fue hijo de Jachigu y era de fisionomía fuerte por lo que le concedieron el nombre de la tribu Barulas, a la cual también pertenecían Barula, el científico y Todogen barula. Jaraldai tuvo numerosos hijos como granos, por lo que merecieron el nombre de Budaa (granos). Adarjidai fue hijo de Jachigun y como sus hijos se llevaban mal entre sí, recibieron el nombre de Adarjin. Uruuguudai y Manguudai fueron hijos de Nachin baatar y dieron origen a las tribus Uruuguud y Manguud. Shizhuudai y Dogalaadai fueron hijos de Nachin baatar.

47. Los tres hijos de Jaidu fueron Bai shinhor, el terrible, Charajai linju y
Chauzhin ertegei. Tumbinai, el sabio, fue hijo de Bai shinjor, el terrible. Sengum fue hijo de Charajai linju. Ambagaitan se llamó la tribu Taichuud. Besudei que nació de la mujer del hermano de Charajay linju creó la tribu Besud. Oronar, Jonjotan, Arulad, Sonil, Jabturjas fueron hijos de Chauzhin orteg y fundaron la tribu Geniges.

48. Tumbinai, el sabio, tuvo dos hijos llamados Jabul khan y Sem sechule.
Bultechu baatar fue hijo de Sem sechule. Jabul khan tuvo siete hijos: - Ojin
barjag, Bartan baatar, Jutugtu mongor,Jutula khan, Julan, Jadeaan y Todegen otchigin.

49. Jutugtu zhurji fue hijo de Ojin barjag. A su vez, Jutugtu zhurji tuvo dos hijos que se llamaron Sacha beji y Taichu, y fundaron la tribu Zhurji.

50. Bartan baatar tuvo cuatro hijos que se llamaron Mengetu jian, Nejun taish, Esujei baatar y Daariday otchigin. Buri boj fue hijo de Jutugtu mongor. Buri boj fue quien arremetió a Belgudei con un sablazo, cortando uno de sus hombros.

51. Jutula khan tuvo tres hijos que se llamaron Zhochi, Girmagu y Altan. Ij
Cheren fue hijo de Julan baatar. Badai y Jishileg fueron antecesores de la tribu Darjad. Jadaan y Todegen nunca se llevaron bien entre sí.

52. Jabul khan imperaba en toda Mongolia. Jabul khan, al morir, a pesar de que tenía siete hijos, eligió a Ambagai khan, hijo de Sengum bilgeg, a dirigir Mongolia.

53. En una ocasión, Ambagai khan viaja a entregar su hija a los Airiguud,
Buiruguud y Tártaros que habitaban la orilla del río Orshuun, situado entre los lagos Buir y Jolon. Sin embargo, es capturado por los tártaros y llevado a Altan khan de Jiatan. Entonces Ambagai khan como mensajero manda Besudei Balajachi a Jadaan taishi a decir que elijan a Jutula como Khan de Mongolia.
Jutula era uno de los siete hijos de Ambagai khan. ¨Los tártaros me han capturado. Siendo khan he cometido un error imperdonable a acompañar mi hija a casarla. ¡Que mi error nunca se repita! ¡Qué venguen la ofensa!
No importa si para eso las uñas de vuestros dedos se les separen
No importa si vuestros diez dedos se les corten¨ - fue su mensaje

54. En aquel entonces el padre de Temuuzhin, Esujey Baatar, fue a cazar pájaros a la orilla del río Onon y se encuentra con un señor llamado Merkid Ij Chiledu que regresaba de escoger a una mujer para sí de la tribu Oljonud. Esujey se da cuenta de la hermosura de aquella mujer y decide raptarla con la ayuda de su hermano mayor Nejun taish y su hermano menor Daaridai otchighin.

Mitos y Leyendas - La Historia Secreta de los Mongoles (I)55. Chiledu se asusta al ver a los tres hermanos y se escapa a la carrera, dando latigazos a su veloz caballo marrón atravesando la loma. Los hermanos le persiguen. Chiledu, dando vuelta a la loma, regresa al carruaje. Entonces Ogulun uzhin le dice: ¿Supiste algo de los tres hombres? Por sus caras, no son gente buena. Son peligrosos. Pueden atentar contra tu vida.
Si eres vivo en cada carruaje encontrarás muchachas, en cada casa hallarás mujeres. Si encuentras otra mujer, que le des mi nombre Ogulun. Ahora piensa en salvar tu vida. Que siempre tengas presente mi olor¨.
Diciendo esto Ogulun quita su camisa y se la da. En el momento los tres jinetes aparecen en el horizonte y Chiledu se da a la fuga cuesta arriba del río Onon.

56. Los tres hermanos le persiguen pero sin alcanzarlo. Los tres hombres regresan al carruaje para llevar a Ogulun uzhin, quien dice: “Mi marido Chiledu debe de estar galopando a rienda suelta contra el viento, solitario en estepa, con la barriga vacía.
Yo con mis dos ramales de pelo entretejidos, tirando uno adelante y el otro, atrás, ¿qué haré ahora?. ¿Qué será de mí? Y lloraba. Su llantera se oía a través de las montañas y el valle del río Onon. Entonces Daaridai otchigin se arrima al carruaje y le dice:
“Tú supuesto esposo se ha ido atravesando montañas,
Tú esposo por el que lloras se ha ido atravesando ríos.
Tú esposo por el que lloras ya no te verá,
Tú esposo por el que lloras, ya no te podrá encontrar. Cállate.”
Así fue la historia de cómo Esujey baatar trae a Ogulun uzhin a su casa.

57. Acorde al mensaje de Ambagai khan, los Mongoles y los Taichuud se congregaron en el valle Jorjonag a la orilla del río Onon y proclamaron Khan a Jutula. Los mongoles celebraron el acontecimiento, en torno al macizo y hojoso árbol de Jorjonag y bailaron de tal manera que se les quebrantaron las costillas y se les rindieron las rodillas.

58. Jutula se convierte en Khan. Jutula y Jadaan taish visitan a los tártaros. Los hermanos visitaron trece veces a los tártaros Joton baraja y Zhali buja, no pudiendo vengarse de la ofensa en los tártaros.

59. Cuando Esujey baatar viene acompañado de los jefes tártaros Temuuzhin Uge y Jori buja, Ogulun uzhin dio a luz a Temuuzhin en un lugar llamado Deluun Boldog a orillas del río Onon. Al nacer, Temuuzhin apretaba en uno de sus puños sangre coagulada del tamaño de una taba. Y como Temuuzhin nació cuando Esujei vino acompañado del jefe tártaro Temuuzhin Uge, le dieron el nombre de Temuuzhin.

60. Ogulun Uzhin le parió a Esujey cuatro varones: Temuuzhin, Hasar, Hachiun y Temuge y finalmente una hija a la que llamaron Temulin. Cuando Temuuzhin tenía nueve años, Hasar, siete, Hachiun, cinco, Temuge, tres y Temulin, recién nacida.

61. Cuando Temuuzhin cumplió nueve años su padre Esujey Baatar lo llevó a escoger una esposa de entre los parientes de su esposa Ogulun uzhin, quien era de la tribu Oljunud. Por el camino se encuentra con Dai Sesen de la tribu Jongirad.

62. Dai Sesen le pregunta a Temuuzhin a dónde iba, al cual Temuuzhin le informa sobre su propósito de escoger esposa para su hijo. Entonces Dai Sesen dice: “En los ojos de tu hijo brilla el fuego y en su cara, la luz”.

63. Dai Sesen siguió diciendo que anoche había tenido un sueño. Había soñado que un halcón blanco que agarraba en sus garras el sol y la luna había posado sobre sus manos. Sabéis que podemos ver la luna y el sol. “No obstante, en esta ocasión un halcón me los trae y posa sobre mis manos. Un augurio bueno. Resulta ser que tú Esujey vendrías con tu hijo. Mi sueño supo adivinar. Fue un buen sueño”.

64. La tribu Jongirad desde tiempos remotos era famosa por sus bellas mujeres y solían ser reinas.

65. Los jóvenes deben velar por su tierra pero las jóvenes deben casarse con hombres ajenos a la tribu Jongirad6. Informa a Esujey que tiene una hija y le propone pasar por su casa.

66. Esujey, al ver a la muchacha se da cuenta que la joven tiene fuego en susojos y luz en su cara. La joven se llama Borte y tiene diez años, un año más que Temuuzhin.
Esujey pernocta en la casa de Dai Sesen y el día siguiente le pide la mano de la joven. Dai Sesen dice: “el destino de las muchachas no es su casa natal. Daré mi hija. Dejarás tu hijo en mi casa para ayudarnos. Esujey Baatar le regala a Dai Sesen un caballo que traía en calidad de presente y le dice a Dai Sesen: “Mi hijo tiene mucho miedo a los perros, cuídemelo de ellos”.

67. Esujey Baatar se prepara para regresar cabalgando hacia su propio campo. En el camino se tropieza con los tártaros que celebraban una fiesta de boda.
Como tenía mucha sed, Esujey decide bajarse de su caballo y los tártaros, pensando en su viejo odio hacia Esujey y la venganza, le ofrecen bebida. A sus espaldas, los tártaros envenenan los alimentos. Esujey, mortalmente envenenado, apenas llega a su campamento al cabo de tres días.

68. Esujey dice: “Me siento muy mal. ¿Quién está a mi lado? Le dice que Menlig, hijo del viejo Jonjatday Charaja estaba cerca. Esujey invita Menlig y le dice: “Mis hijos aún son pequeños. Los tártaros me han envenenado mientras iba casar a mi hijo Temuuzhin” y se desploma en los brazos de su esposa Ogulun.
Siguiendo las órdenes de Esujey, de inmediato salen en busca de Temuuzhin, pero es demasiado tarde. A consecuencia del veneno que ingirió, Esuhey Baatar muere, pero antes comunicó a sus hijos que Temuuzhin se encargaría de ellos y de la familia en general.

Anónimo

Fragmento

Nunca en su vida había hablado con una de las Nueve Inteligencias, que eran las más altas entre las mentes sofotec; pero ésta era una representante de una mente aún más exaltada, aquélla que se sostenía merced al poder mental combinado de las nueve.
—Por favor, Atkins —dijo el avatar—, no te cuadres ante mí. No soy tu oficial superior. Ambos servimos a la misma causa.
El guantelete izquierdo de Atkins se replegó. En un movimiento perfecto y bien practicado, abrió un tajo doloroso en la palma, ensangrentó la katana y la envainó. El soldado entornó los ojos, apretando el puño para impedir que el tajo goteara. Faetón comprendió que éste debía ser el verdadero Atkins.
—Gracias —dijo Atkins—. ¿Puedes ayudarme? De lo contrario, tendré que pedirte que te retires.
Ella sonrió con tristeza.
—No es mucho lo que puedo hacer, Atkins. Aun una inteligencia muy rápida se siente impotente sin información para manipular. Así que te deja­ré en paz para que cumplas tu tarea. Sin embargo, tengo una idea para una nueva ciencia analítica y forense que, con tu autorización, cargaré en tu sistema. Tengo autorización del avatar parlamentario.
—Adelante —dijo Atkins.
Las esferas negras irradiaron antojadizas caracolas semejantes a nautilos, y tejieron hebras sobre la hierba. Las luminarias que rodeaban al avatar abandonaron su órbita para ayudar a las esferas negras en su labor. El avatar se volvió hacia Faetón.
—Querido muchacho, como cortesía para Atkins, te pediré que también te marches. No tienes la obligación legal de no mencionar lo que has visto, pero hay una obligación moral aún más profunda y constrictiva. Nuestras leyes e instituciones se han habituado a siglos de paz y placer, y nuestra civilización puede sostenerse en el peligro sólo mediante la devoción volun­taria de sus ciudadanos.
—¡Amo la Ecumene Dorada —exclamó Faetón— y nunca haría nada para dañarla!
Atkins lo miró con escepticismo, resopló y miró hacia otro lado.
—No seas infiel a tus principios, Faetón —dijo el avatar—, pues podrías perjudicar a tu mundo y a ti mismo.
—¿Perjudicar? Por favor, dime de qué se trata.
—Tus viejos recuerdos están almacenados, no destruidos. Si decides sobrellevar esa carga una vez más, no puedo aconsejarte. Seré sabia, pero no soy Faetón.
El avatar dio un paso adelante, apoyó las suaves manos en los hombros de Faetón, se encorvó (Faetón no había advertido la altura de esa silueta selénica hasta que ella se le acercó) y le besó la frente.
—¿Aceptarás este regalo mío? Te concedo el vuelo. Es un honor destina­do a demostrarte que las inteligencias mecánicas no te tienen inquina, Fae­tón. Quizá también te recuerde viejos sueños que has abandonado.
—Señora, este maniquí en el cual estoy es demasiado pesado para vo­lar. Necesitaría otro...
De pronto sintió el cosquilleo de una sensación flotante que comenzaba en la cabeza, donde el avatar lo había besado, y se expandía como vino tibio en el torso y las extremidades. El asombrado Faetón pestañeó y alzó un pie. Sin peso, se alejó de la hierba.
Gritó atemorizado, pero luego sonrió, y trató de fingir que gritaba de ale­gría. Poco después una ráfaga caprichosa lo invirtió como un globo. Faetón cogió una rama de árbol y quedó enredado en las hojas plateadas, riendo.
—¡Extraordinario! —jadeó—. Excúsame, señora, pero hay importantes preguntas sobre lo que sucedió esta noche que yo...
Pero cuando miró por encima del hombro hacia el suelo, el avatar se había ido. Sólo quedaba Atkins, el rostro hosco, rígido en su armadura, caminando por la hierba con sus máquinas negras.

Fragmento

En seguida, las cosas empezaron a elevarse en el agua que rodeaba a los hombres. Desde entonces, el señor Fison ha descripto al escritor esta alarmante erupción surgida del ondulante banco de laminaria. A él le pareció que duraba un tiempo considerable, pero es probable que fuera un asunto de pocos segundos. Luego estas cosas se hicieron más grandes hasta que el fondo del mar se perdió bajo sus formas entremezcladas, y la punta de los tentáculos se elevó aquí y allá por encima del oleaje.


Una de las criaturas se acercó audazmente al bote y, aferrándose de él con tres de sus tentáculos prestos a succionar, lanzó otros cuatro por encima de la borda, como si tuviera la intención de hacer zozobrar el bote o encaramarse en él. De inmediato, el señor Fison tomó el bichero y, golpeando con furia los tentáculos, la obligó a desistir. Fue golpeado en la espalda y casi lanzado sobre la borda por el botero, quien estaba usando el remo para resistir un ataque similar al otro costado del bote. Pero ante esto, los tentáculos de ambos lados soltaron su presa de inmediato, se deslizaron fuera de la vista y chapotearon en el agua.

- Será mejor que salgamos de aquí - dijo el señor Fison, que temblaba con violencia. Se dirigió a la barra del timón, mientras que el botero y uno de los trabajadores se sentaban y comenzaban a remar. El otro trabajador permaneció a proa del bote, con el bichero, presto a golpear cualquier tentáculo que apareciera. Nada más parece haberse dicho. El señor Fison había expresado el sentimiento común sin necesidad de rectificación. De talante sombrío y temeroso, con rostros blancos y demudados, los cuatro hombres se dispusieron a escapar de la posición en que tan imprudentemente se habían colocado.

Pero apenas si los remos llegaron a tocar el agua antes que fueran inmovilizados por oscuras y serpentinas sogas ahusadas, que también rodearon el timón; y otra vez volvieron los tentáculos, reptando por los lados con un movimiento rizado. Los hombres asieron los remos y tiraron, pero era como tratar de mover un bote en una flotante balsa de algas.
- ¡Auxilio aquí! - gritó el botero, y el señor Fison y el segundo trabajador corrieron a añadir sus fuerzas al remo.

Luego el hombre del bichero - su nombre era Ewan, o Ewen - saltó con una maldición, y comenzó a golpear hacia abajo, por encima de la borda, hacia el banco de tentáculos que ahora se apiñaba contra el fondo del bote. Y, al mismo tiempo, ambos remeros se pusieron de pie para tratar de conseguir una oportunidad mejor de recobrar sus remos. El botero le entregó el suyo al señor Fison, quien se esforzó desesperadamente, en tanto el hombre sacaba una enorme navaja y, recostándose sobre la borda, comenzaba a acuchillar los brazos que brotaban del mango del remo.

LOS DEPREDADORES DEL MAR, H. G. Wells

Fragmento


Un psicópata, un carnicero, un libertino, un hipócrita y un payaso.
—¡Vosotros me habéis hecho esto! ¿Por qué?
La rabia ahogaba sus palabras. Las cabezas-flores adoptaron la forma concreta de los hedonistas responsables de la loca y sangrienta aventura en la noche de 1888.
Van Cleef, la mujer-gardenia, se mofó:
—¿Y qué creías, pedazo de paleto? (Es paleto, ¿no, Hernon? Con los dialectos antiguos siempre me pierdo.) Después de haberte hecho liquidar a su Juliette, Hernon quería dejarte ir. ¿Pero por qué no aprovechar la ocasión? Nos debía al menos tres formz, y para empezar tú servías tan bien como cualquier otro.
Jack se puso a gritar hasta que sus cuerdas vocales se hincharon en el interior de su garganta.
—¿Era necesario esta vez? Respondedme. ¿Era indispensable para hacer llegar las reformas?
Hernon se echó a reír.
—Por supuesto que no.
Jack cayó de rodillas. La ciudad le dejó hacer.
—Oh, Dios mío, oh, Dios todopoderoso, he hecho lo que he hecho, me he cubierto de sangre… y todo ello para nada, absolutamente para nada…
Cashio, que había sido uno de los phlox, parecía perplejo.
—Diría que se preocupa tan sólo por esta última vez y no por todas las demás. ¿Cómo explicáis eso?
Nosy Verlag, que había sido una celidonia silvestre, respondió vivamente:
—No es cierto. No se trata tan sólo de esta última vez. Todas lo atormentan. Sondéalo y verás.
Los ojos de Cashio giraron unos instantes hacia arriba, luego hacia abajo, y finalmente se concentraron en Jack. Éste sintió como un estremecimiento de mercurio en su mente, luego nada. Y Cashio concluyó, con una afectada mueca:
—Mmm… sí.
Jack manipuló rabiosamente el cierre de su maletín. Lo abrió y sacó el bocal conteniendo el feto. Aquel que había retirado el 9 de noviembre de 1888 del cuerpo de Mary Jane Kelly. Lo mantuvo unos instantes a la altura de su rostro, luego lo lanzó con todas sus fuerzas contra el suelo de metal. No llegó a tocarlo. Al llegar a menos de un centímetro del limpio y aséptico revestimiento de la ciudad, desapareció sin dejar ninguna huella.
—¡Qué maravillosa sensación de repugnancia! —exultó Rose, que había sido una rosa.
—Hernon —advirtió Van Cleef—, está concentrándose en ti. Te está haciendo responsable de todo lo que le ocurre.
En el momento en que Jack sacaba del maletín el escalpelo eléctrico de Juliette y se lanzaba hacia él, Hernon estaba riéndose, sin mover los labios. Las palabras de Jack eran ininteligibles, pero mientras golpeaba estaba diciendo:
—¡Basura! Os mostraré lo que sois; os mostraré que no podéis hacerme esto, ¡os lo mostraré! ¡Vais a reventar todos, todos vosotros, todos!
Eso era lo que decía, pero las palabras no surgieron de su boca más que como un prolongado rugido de venganza, de frustración, de odio y de impetuoso furor.
Hernon seguía riendo cuando Jack le hundió en el pecho la hoja zumbante de electricidad, delgada como un ingrávido suspiro. Casi sin ninguna manipulación por parte de Jack, delimitó una abertura de 360º, de abiertos y carbonizados labios, que puso al descubierto el palpitante corazón de Hernon y el húmedo interior de su caja torácica. Aún tuvo tiempo de lanzar un desconcertado aullido antes de recibir el segundo golpe, que seccionó limpiamente las ataduras del corazón. Vena cava superior. Aorta. Arteria pulmonalis. Bronchus principalis.

EL MERODEADOR EN LA CIUDAD AL BORDE DEL MUNDO, Harlan Ellison

Fragmento


Casi podría decirse que por tratarse de un Boca-River, esa tarde las cosas venían demasiado tranquilas. En una parrilla cercana llamada La 12 hubo un «ajuste de cuentas» entre dos hinchas, uno de los cuales tuvo que ser hospitalizado en el Argerich con una puñalada en el abdomen. De puro aburridos, los policías apaleaban a alguno que otro, pero sin lograr que nadie se tomara en serio la cuestión.
Cuando ya eran más o menos las cuatro y media de la tarde de aquel domingo, los dos marcianos entraron a la Bombonera. Por supuesto, los de seguridad no los palparon de armas porque el único ropaje que tenían era el cinturón ése atravesado en el pecho, con la cartuchera chiquita donde llevan sus cosas. Además, sintieron un poco de asco cuando los vieron llegar.
De acuerdo a sus costumbres iban desnudos, y ésa fue la causa.
No es justo cargar toda la culpa al pobre Facundo Solari, como hacen los periodistas. Sí cabe, en todo caso, hablar de una culpa más difusa, que abarque la frustración de Solari, pero también la soberbia despectiva de los marcianos, la malevolencia de los funcionarios del club pero, por sobre todo, la mezquindad de los políticos que siempre hacen las cosas para su propio interés y no por el de un pueblo ignorante, que aún no está preparado para recibir a quienes debemos considerar personas aunque no parezcan.
Tampoco es creíble, en realidad, que los encargados de la seguridad ignoraran lo que hacían. Son gente de experiencia y, según dijeron, Cumplían órdenes y entonces, cuando vieron las figuras verdes de los “marcianos”, les dieron la voz de alto.
-Señores, acá no pueden entrar así...desnudos- dijo el encargado de la seguridad, haciendo seguramente un gesto de asco ante esos grotescos órganos sexuales que tienen y los marcianos exhiben sin pudor alguno.
Ya hubo, en otros lados, problemas por eso. Ellos acostumbran a utilizar, cuando están ante nosotros, ropajes generalmente holgados para no ofender nuestra humana sensibilidad. Ninguna ley, ni acá ni en ningún otro país los obliga a vestirse, pero lo hacen suponemos que sólo por una cuestión de urbanidad, para evitar discusiones cuando hay cosas más importantes de que hablar.

INCIDENTE CON MARCIANOS EN LA BOMBONERA, Luis Barroso