Apenas amaneció, despertaron. Tomaron un desayuno rápido, frugal y a recolectar. Debían caminar exactamente 1.550 pasos por el sendero previamente trazado. Ni bien llegaron, se pusieron a trabajar, ya sabían lo que tenían que hacer.
Cuando el sol alcanzó el cenit, sintieron una vibración, que fue in crescendo hasta convertirse en un temblor. Esto causó alarma pero siguieron recolectando.
Cuando los vieron, era tarde. Altos como montañas, rápidos como el viento. Despiadados, indiferentes, inmisericordes.
Trataron de huir, algunas pocas lo lograron, la mayoría no.
-Chicos, ¿que hacen?
-Estamos pisando hormigas, má.
2 comentarios:
Aaaaaayyy excelente!!!!
me encanto!!! cuando tengo poco q hacer me da por tratar de pensar lo q piensan otros seres del planeta, porq definitivamente me di cuenta q tratar de entender a los humanos es la peor de las utopias jajajajaja!!!
Resulta mas gratificante pensar en hormigas, ranas y helechos... q algo tendran q pensar las condenadas jajajaja
Creo que si nos pusieramos más seguido en la cabeza del otro, sea pez, cartero o arbolito, las cosas andarian un poco mejor.
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