3:30 AM

Me despierto, como si hubiese dormido 8 horas. Pero solo me acosté hace tres. Y debo levantarme dentro de tres. Mirándolo desde ese punto de vista, es medianoche.

Sin encender ninguna luz, me levanto cuidadosamente, para no despertar a mi mujer. Paso por los cuartos de las bestias. Trato de observar a mis hijos dormidos, pero solo distingo bultos indefinidos, algo un poco más oscurido sobre la oscuridad.

En la cocina me sirvo un vaso de jugo, mientras la gata se enrolla entre mis piernas y reclama un mimo.
Regreso al dormitorio con la gata en brazos, pero me detengo a observar la calle por entre las rendijas del postigo antes de meterme en la cama. Desierta. Podría decirse que la gata y yo somos los únicos seres vivos en el planeta.

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