DESCAGAR, by Sarek

Estando cómodamente instalado en los nuevos sillones mullidos y con un artefacto que hace las veces de estufa, ya que evidentemente irradia calor, me encuentro en el Departamento de Cultura Goliciano, desempolvando algunos tomos antiguos que me llevan irrefrenablemente a la explicación solicitada por el excelso Señor Picard. Según lo solicitado: “La semana pasada descagué los primeros 6 archivos y no los pude abrir”.

Remontémonos, pues, a las crudas épocas invernales de Golicia 9na., donde los muñecos de nieve son los que ahuyentan a los golicianos, arrojándoles pequeñas bolas de lodo congelado, las cuales al hacer impacto sobre el cuerpo de los golicianos, mancha la ropa, y demás partes anatómicas expuestas, con un desigual tono de negro y un aroma fuertemente atroz en cuanto a bacterias anaeróbicas que lo forman se refiere.

En la época del mediático y nunca bien ponderado Sabio Filósofo Minuncipio Melassátutas, el estudio era por demás un arte practicado por prácticamente, valga la redundancia, toda la población del planeta.

Se hacían tremendas contiendas de sabiduría y se luchaban en los grandes cenáculos, las más increíbles peleas de mentes para tratar de conseguir el premio mayor: el Gran Libro Dorado de la Sabiduría, formado generalmente por los clásicos tomos de las guías telefónicas, forradas con papel dorado.

El Sabio Filosofo Minuncipio Melassátutas, famoso por su enciclopedia "La Tempera y las manchas en la remera", compuesto por 23 tomos, llenos de la gran sabiduría de como trató los incontables incordios que tuvo con su madre cuando volvía del taller de pintura con sus ropas manchadas. Era el más grande de todos los sabios y ganador en 18 oportunidades del premio máximo, por lo que jóvenes de todas las edades acudían a él para que les enseñara toda su experiencia.

Una tarde, cuando estaba en plena clase, notó que uno de sus alumnos tenía la cara desencajada, como si estuviera haciendo un gran esfuerzo a pesar que se encontraba en la clásica posición de pensamiento -esto es, obviamente, acostado- pero intranquilo e inquieto.

Acercándose que se hubo al mencionado alumno, le preguntó con gentileza: ¿Que tené, negro... hormiga en el culo que te mové tanto?

A lo que su alumno contestó: Algo así, gran maestro de la sabiduría... pero no se que hacer. Por favor, aconséjeme. Entonces, el Sabio Filósofo Minuncipio Melassátutas, armándose de valor y coraje y con la santa paciencia que lo caracterizaba lo tomó del brazo y lo acompañó hacia la enfermería para que sea tratado.

Mientras iban caminando, se sentía un extraño ruido, acompañado por un penetrante hedor que los acompañó durante todo el recorrido. Cuando su alumno estaba acostado en la camilla, el médico y el Sabio Filósofo Minuncipio Melassátutas se dieron cuenta de lo que había pasado, de las manchas por todo el recorrido cual si fuese un tremendo río de mierda.

Fue en ese momento cuando entró corriendo con los dedos pegados el Escriba del Gran Profeta Jorepondi Lofruto, el Sabio Lingüístico Sinpala Brotas, al grito de: ¡NO PUEDO ESCRIBIR CON LOS DEDOS ASI! ¡DESPEGUEMELOS POR FAVOR!, mientras Minuncipio Melassátutas decía a su alumno: ¿Es que acaso es esta tu forma de decir que el estudio es una mierda? Todo lo que te enseñé lo has descagado, ¡Vil trozo infame de singuniforme acerebrado!

Este vocablo sorprendió al Sabio Lingüístico Sinpala Brotas, quien entendiendo de inmediato lo dicho dada la situación presentada, gracias a su sabiduría infinita en lo que a vocablos se refiere, al ser tratado por el médico de la ciudad, salió hacia el Gran Templo de la Sabiduría y el Conocimiento de la Palabra y los Chacinados, entrando directamente en la sala de nuevos vocablos para escribir la siguiente regla gramatical:

"En la edad que nos toca, sin poder dilucidar los intrincados signos del porvenir venidero, se inscribe la siguiente regla para las futuras generaciones, en lo que toca a sabiduría milenaria y actual. Para sacar las menudencias lingüísticas y retráctiles de la sabiduría, se utilizará el verbo DESCAGAR, referido a la trama en cuestión, pero solo cuando se exprese en la primera persona singular en su tiempo pretérito o presente, siempre y cuando no afecte directamente al verbo en primera persona en el futuro, en lo concerniente a los temas en cuestión de forma figurativa y emblemática, referida específicamente a los trazos venideros porvenir o irse. Dichos vocablos serán de tratamiento singuiliforme, de acuerdo a los estatutos de mandamientos sobre los excrementos en vías públicas o en su defecto, de cosas que se han conseguido de forma tal que la solución infinita no se acople con la dada en cuestión de materias.

Archívese y póngase en conocimiento de la población planetaria.

Firmado: Sinpala Brotas, Gran Sabio Lingüístico, encargado del Gran Templo de la sabiduría y el Conocimiento de la Palabra y los Chacinados y Gerente de Marketing de Golicia 9na. S.A.”

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