Es la hora de la penumbra crepuscular,
Casi siempre en otoño, cuando el viento estelar se precipita
Por las calles altas de la colina, que aunque desiertas
Muestran ya luces tempranas en cómodas habitaciones.
Las hojas secas danzan con giros extraños y fantásticos,
Y el humo de las chimeneas se arremolina con gracia etérea.
Siguiendo las geometrías del espacio exterior,
Mientras Fomalhaut se asoma por las brumas del Sur.
Ésta es la hora en que los poetas lunáticos saben
Qué hongos brotan en Yuggoth, y qué perfumes
Y matices de flores, desconocidos en nuestros pobres
Jardines terrestres, llenan los continentes de Nithon.
¡Pero por cada sueño que nos traen estos vientos
Nos arrebatan una docena de los nuestros!
3 comentarios:
Con qué pocas y grandes palabras construye uno de los maestros más importantes como Lovecraft. Saludos!
Budokan, lo leí por primera vez a los 11 o 12 años, y realmente me partió la cabeza.
Budokan, lo leí por primera vez a los 11 o 12 años, y realmente me partió la cabeza.
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