Quilmes, nuestra Macondo - La colorada de fuego

Existe en la calle Marconi un garage devenido en "ciber". Es uno de esos típicos ciber de barrio, donde van los pibes a jugar al Counterstrike, chatear y ver güevonadas en Youtube.
Una tarde promediando la primavera pasada, ingresó una vecina, de bien llevados 40 años, pelirroja y de generosos senos. Portaba la bolsa de los mandados, pero a nadie esto le llamó la atención. Estamos hablando de un barrio donde no todos tienen pc y mucho menos internet en la casa. Se sentó frente a una máquina y comenzó a chatear. Una media hora después, se levantó, pagó y se fué.
Volvió en días subsiguientes.
Una tarde, la rutina se alteró. Pidió "aquella máquina, la que tiene camarita". Comenzó a chatear y (ante suponemos el pedido de su interlocutor) se levantó la remera y mostró sus tetas, ante el estupor de los pibenautas presentes.
Al otro día volvió y repitió el numerito, esta vez vez los pibenautas ya estaban en guardia y se pegaron flor de panzada.
Pero todo terminó abruptamente, cuando el propietario del ciber la encrepó y le pidió que no volviera, o que al menos, no mostrara sus partes.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajajajajaja si que es MACONDIANO !!

Paz/

El Mostro dijo...

Lo peor de todo es que es TOTALMENTE verídico.

Valeria Elías dijo...

jajaajaja, no te puedo creer!!! este ispa da pa todo jajaajaja besos

El Mostro dijo...

Creelo. La realidad supera la ficción.

peregrina dijo...

jjajajajajaja La cosas que hacen las personas para enganchar un amor aunque sa virtual!

Noonien Soong - Jorge Cirigliano dijo...

Que loco me lo perdi

El Mostro dijo...

Según mis corresponsales, la situación se sigue dando, con la misma persona en distintos cybers...

Un abrazo para todos.

laotra dijo...

y ahora los pibes, que han crecido, a esa hora en punto, andan deambulando por los cibers de quilmes buscando, infructosamente a la tetona, y algunos desesperados dicen que es un mito urbano