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En efecto, eran muchos los relatos que existían en torno a un ser que espiaba furtivamente, o a todo un ejército de mil diablos; se hablaba de algo que se escondía aguardando detrás de las dunas movedizas, o de algo que rugía y susurraba desde la arena o desde el viento, o se mueve invisible en un silencio opresor, o cae desde el aire como un insecto aplastante, o bosteza abriéndose como un pozo repentinamente ante los pies del viajero.
Pero hace mucho tiempo existió una pareja de amantes que llegaron al desierto de Soom y cruzaron las estériles arenas. Desconocían la existencia del mal por aquellos parajes, y como habían encontrado un acogedor edén en sus respectivos ojos, es posible que no se dieran cuenta de que atravesaban un desierto. Y entre todos los que se atrevieron a pisar la temible desolación fueron los únicos que no regresaron con una nueva historia sobre algo terrible, sobre algún horror que los hubiera seguido o espiado, algo visible o invisible, audible o inaudible.
Para ellos no hubo ni quimeras de múltiples cabezas, ni pozos bostezantes, ni insectos monstruosos. Además, nunca pudieron comprender las historias que les relataron caminantes menos afortunados.
4 comentarios:
This reminds me of the book Dune - so alike in characteristics. Thanks for stopping by my blog today. Take care.
Thanks Margaret for coming!
Este tipo de relatos me facinan, siempre se descubren historias en tu blog!
gRACIAS bUDOKAN!
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