¿Y si estamos solos?

¿Y si lo más cercano a otras inteligencias son los delfines, chimpancés y los barrabravas de Excursionistas?
¿Qué pasará luego de que levantemos cada piedra en Marte, Titán, Yuggoth, Tau Ceti o Procyon, y no encontremos a nadie? Peor aún, no encontremos nada, y nos convenzamos que estamos solos, que la vida fue un accidente fortuito e irrepetible.

¿Cambiará la forma en que nos tratamos mutuamente y a los otros animales y plantas? ¿Será tarde para entonces?

1 comentario:

Lila Ortega dijo...

yo comprendi la magnitud de mi soledad, y de la soledad del hombre, el día que me operaron de un cáncer de tiroides y me rajaron el cuello de lado a lado, me desperté con un dolor tan fuerte que ni el amoroso beso de mi compañero, tan presente, ni las luces de velita que encendíamos para espantar los fantasmas ni nada de nada me aliviaba la soledad del dolor, del dolor puto... pero lo malo, lo realmente malo es que no se produjo un cambio rutilante, ni una iluminación, no me volví mejor persona ni mis despertares fueron más coloridos (que lo son, ya me dirás con la vida sibarita que me pego) creo que no cambiaría nada aunque la angustia al fin podría sentirse directamente en el pecho, en las tripas, en los ovarios o las pelotas, y comprenderíamos a que se debe. ¿Que haríamos sin la televisión? jajaja...