Sobre Pantufo, rey de Cizaña - Final

Habíamos quedado con el rey bastante cabrero, pero aceptando. Ordenó llamar a sus hijas para que los viajantes escogieran.
Metatarso se quedó con Ampolla e Irrito con Lenteja, la más colorada de todas.
-Díganme donde están esas aves que pían comno ninguna otra.
-Bien -dijo Metatarso-, vuestras hijas tienen hábitos caros, Vuestra Decadencia. ¿Como conseguiremos hacerlas felices, comprarles paulatinas, alevosías...?
-Está bien -interrumpió el rey-. Tendréis una renta vitalicia de un millón de dolos por mes. Tendré que aumentar los impuestos, pero el pueblo comprenderá. Ahora, vamos a las aves.
Al día siguiente, partió la Armada Real. Diez pedúnculos estofados y una bufalina capitan, entre los gritos de sus comanches.
-¡Aregazar el vetusto!
-¡Suspender el gozne de azafrán y el hostil de trocha!
-¡Protocalizar la espátula y doblar la quillotranza!
Durante el viaje, Pantufo no paraba de pedir más información sobre las aves que encontrarían.
-Está el voyeur de nuit -dijo Metatarso.
-¿Y pía? -terció el rey.
-Espía -reterció Metatarso.
-Está la rea azul -dijo Irrito.
-¿Y pía?
-Dinastía.
-Y está la clínica de bañado.
-¿Y pía?
-Terapía.
-No podemos olvidar el pato ladrón.
-¿Y pía?
-Limpía.
-Las cosquillas salvajes.
-¿Pían?
-Prometían.
A la Armada Real le llevó dos años atravesar seis mares, con Metatarso e Irrito recibiendo su millón de dolos por mes y entregándose, todas las noches, a largas palias e interminables pampringadas, con Ampolla y Lenteja.
Finalmente llegaron a la margen opuesta del mar Semillón y bajaron a tierra. Pero no encontraron aves que piaran como ninguna otra.
-¿Donde están las aves? -quiso saber Pantufo.
-Ya sé que pasó, Vuestra Disidencia, dijo Irrito-. Esta no es la margen opuesta.
-Claro -dijo Metatarso-. La margen opuesta queda del otro lado.
Y allá se fue de nuevo la Armada Real.
-¡Palafrenar las pingorotas de antaño!
-¡Sepitipandar la pánfila mayor!
Cuentan que la Armada Real está navegando hasta hoy, pues la margen opuesta siempre cambia, misteriosamente, de lado.
A pesar de los gritos del rey Pantufo:
-¡Banda de connubios! ¡Carámbanos de una pipa! ¡Farras cuneiformes!
Y a todo esto, el pueblo pagando impuestos.
Fin.
Luis Fernando Verissimo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hi! Just want to say what a nice site. Bye, see you soon.
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Carlos dijo...

...bárbaro el vocabulario.
No paro de reírme.

Saludos.

El Mostro dijo...

Ojo que no es mío, eh!