Estoy solo. Camino por las calles de esta ciudad alienígena, bajo la llovizna, entre los nativos.
En realidad es una suerte que llueva, porque me permite usar mi impermeable, lo cual evita que mis ropas se vean. Así paso desapercibido. La ropa es lo único por lo cual me distingo de los nativos. Habría que hacer un análisis genético y ver cuan iguales somos en realidad.
Descendimos en un descampado de las afueras, pero algo pasó y el transporte volvió a Madre sin mí. Buen momento para venir a enterarme que mi conexión no funcionaba correctamente.
No se bien como explicarlo, pero los nativos tienen posibilidades de vida muy diferentes. Dramáticamente diferentes. Algunos mueren de hambre o enfermedades facilmente evitables, pasan privaciones y otro disponen de satifacción ilimitada.
Por lo que observamos desde órbita, será fácil conquistarlos. ¡Como se que se están matando entre ellos! Aunque parezca mentira, terminan con la vida de otros. Es más, se realizan operaciones organizadas de grupos de individuos contra otros grupos. Tal vez la esclavitud que les brindaremos les resulte más llevadera que su estilo de vida actual.
Uno de ellos se me acerca.
-Disculpe, ¿la parada del 141?
-Lo siento, no soy de acá.
2 comentarios:
me hizo acordar a esa pelicula donde un tipo encontraba unos anteojos con los cuales veia como la mitad de la gente en realidad eran extraterrestres disfrazados... ¿como se llamaba?
¿Ray Ban?
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