Damas y caballeros el ser humano acaba de conseguir otro hito en la exploración espacial: por primera vez en la historia hemos logrado poner en la órbita de un objeto localizado en el cinturón de asteroides —región situada entre las órbitas de Marte y Júpiter que alberga multitud de asteroides y planetas menores— una nave espacial de nuestra factoría. Concretamente la nave se trata de la sonda espacial Dawn y el objeto que ha alcanzado tras un viaje de 4 años y 188 millones de kilómetros es el protoplaneta bautizado con el nombre de Vesta. ¿Y por qué es tan importante esta misión?
Básicamente por dos razones. La primera, por que si conseguir la inserción orbital de una nave en un planeta es muy complicado hacerlo en la de un protoplaneta situado en un cinturón de cuerpos estelares supone una proeza técnica todavía mayor; la segunda, por que Vesta es un objeto muy especial y su estudio de cerca nos permitirá echar luz sobre las primeras etapas de desarrollo de nuestro sistema solar y también recabar información imprescindible para poder enviar astronautas a asteroides (uno de los objetivos de la NASA a petición de Obama es justamente ese, enviar astronautas a un asteroide en el año 2025).
Como adelantaba Vesta es un protoplaneta, es decir un cuerpo celeste que no llega a ser tan grande como para calificarlo de planeta menor (mide 530 kilómetro de diámetro) ni tampoco puede tacharse de asteroide ya que por un lado es demasiado grande y por el otro su estructura dispuesta en capas se asemeja a la de los planetas, de lo que a su vez se desprende que aunque se formó de manera parecida a los mismos, nunca llegó a fusionarse con ningún otro objeto para dar lugar a un planeta por lo que permanece prácticamente intacto desde el inicio del sistema solar (este es el quid de la cuestión; Vesta es algo así como una “cápsula del tiempo” que nos servirá para remontarnos hasta los primeros estadios del sistema solar).
Ahora como siempre esperar es lo que toca. La Dawn va a estar escudriñando Vesta durante los próximos 12 meses y no tardará en comenzar a enviar datos e imágenes sobre el protoplaneta —la que ilustra este post fue tomada por la sonda a Vesta el pasado 9 de julio a una distancia de 41.000 kilómetros—. Después de eso partirá rumbo al segundo objetivo de la misión, el planeta enano Ceres del cinturón de asteroides, momento en el que Dawn conseguirá otro hito si todo sale bien: ser la primera nave espacial que orbite dos objetos no planetarios de nuestro sistema solar.
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