Lo sentí tan pronto como desperté. Y sin embargo, cuando se me aclaró un poco la mente, comencé a dudar. Al fin y al cabo, era muy posible que fuese yo el que estaba equivocado, y no algún otro. Seguí esperando, acicateado por la duda. Pero pronto tuve mi primera prueba objetiva: me pareció oír que un reloj distante daba las ocho. Escuché con atención y desconfianza. Pronto otro reloj comenzó a emitir unas notas altas y perentorias. Con gran tranquilidad dio ocho indiscutibles campanadas. Entonces supe que pasaba algo raro.
Sólo por accidente no asistí al fin del mundo; bueno, el mundo que había conocido durante treinta años. A casi todos los sobrevivientes les pasó lo mismo. Está en la naturaleza de las cosas que haya siempre un buen número de enfermos en los hospitales: la ley de los promedios había decidido la semana anterior que yo fuese una de esas personas. Sí eso hubiese ocurrido una semana antes, yo no estaría escribiendo estas líneas; no estaría aquí.
Pero la casualidad no sólo quiso que yo estuviese en el hospital en ese preciso momento, sino también que una venda me cubriese los ojos, y toda la cabeza. Tengo, por tanto, que estar agradecido a quienquiera que sea el que decide la regularidad de esos promedios. Pero aquella mañana yo solo sentía cierto mal humor, preguntándome qué diablos habría ocurrido, pues ya había pasado allí bastante tiempo como para saber que, después de la jefa de enfermeras, lo más sagrado en un hospital era el reloj.
John Wyndham
Dirigida por Steve Sekely en 1962. Protagoniza por Howard Keel (Bill Masen), Nicole Maurey, Janette Scott y Kieron Moore. Bill Masen, un biólogo británico, el narrador y protagonista, despierta en un hospital con los ojos cubiertos de vendas debido a sus cuidados médicos. Pero apenas despierta se da cuenta que algo anda muy mal a causa del horrible silencio que reina en el lugar.
5 comentarios:
priiiiiiiiii
si si!!! mai feivoooor!!1 tengo el libro e minotauro del año del toooor (tapa verde) es lo maaaaaaaaaaaaaaaas!!!!!
sé que lo leí, pero no puedo recordarlo
entonces no me gustó tanto
Te soy sincero (1, 2, 3,...,9), yo no lo leí, solo vi el film.
Ah, hombre pero no sabés lo que te perdés!!! (lo ví el otro dia en una libreria d ecorrientes al 16oo o algo asi mano de enfrente de "la plaza" (puaj!)
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