Medio Oriente. En una ciudad en llamas, junto a una pequeña pila de proyectiles para sus armas, un último grupo de defensores se acurruca entre las ruinas.
El lugar se encuentra en el nordeste de Siria, a 8 kilómetros de la frontera con Irak. Pero la época no es la actual, sino la de hace unos 5 500 años. Sin embargo, parecería que las cosas no han cambiado tanto con el tiempo.
Una reciente excavación llevada a cabo por la Universidad de Chicago y el Departamento de Antigüedades sirio ha revelado nuevos detalles acerca de cómo comenzó la vida urbana y sobre el trágico fin de una de las primeras ciudades.
Durante la mayor parte de su existencia sobre la Tierra, los humanos vivieron en pequeños grupos, ganándose la vida con la caza y la agricultura de subsistencia. Luego, ocurrió lo que los arqueólogos denominan “revolución urbana”, cuando grupos más grandes se unieron, comenzó la producción especializada y se desarrollaron los símbolos distintivos de la civilización: el comercio y la escritura.
“De alguna forma”, dijo Clemens Reichel, co-director estadounidense de la Expedición Arqueológica Sirio-Americana a Hamoukar, “las personas fueron persuadidas para vivir juntas en una ciudad, donde podrían tener una mejor calidad de vida que si todos se quedaran en sus casas y produjeran su propia comida”.
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