Fragmento - LAS SIRENAS DE TITÁN

Había una multitud.
La multitud se había reunido porque iba a producirse una materialización. Un hombre y un perro se materializarían, saldrían del aire sutil, vapores al principio, tan sustanciales al final como cualquier hombre y perro vivientes.
La multitud no conseguiría ver la materialización. La materialización era estrictamente asunto privado, en propiedad privada, y la multitud no estaba, decididamente, invitada a recrearse los ojos.
La materialización, como una ejecución moderna, civilizada, iba a producirse entre paredes altas, desnudas, custodiadas. Y del otro lado de las paredes la multitud era como la multitud que está del otro lado de las paredes en una ejecución.
La multitud sabía que no iba a ver nada, pero sus integrantes se complacían en estar cerca, en contemplar las desnudas paredes e imaginar lo que estaba sucediendo adentro. Los misterios de la materialización, como los misterios de una ejecución, eran encarecidos por la pared; diapositivas de la linterna mágica de una imaginación enfermiza, diapositivas proyectadas por la multitud en las desnudas paredes de piedra, los volvían pornográficos.
La ciudad era Newport, Rhode Island, U.S.A., la Tierra, Sistema Solar, Vía Láctea. Las paredes eran las de la propiedad de Rumfoord.
Diez minutos antes de que la materialización hubiera de producirse, unos agentes de policía difundieron el rumor de que la materialización había ocurrido prematuramente, fuera de las paredes, y que el hombre y su perro podían verse tan claros como el día a dos cuadras de distancia. La multitud se precipitó para ver el milagro en el cruce.
La multitud se volvía loca por los milagros. En el extremo más alejado de la multitud había una mujer que pesaba ciento cincuenta kilos. Tenía bocio, una manzana acaramelada y una niña gris de seis años. Llevaba a la niña de la mano y se abría paso a empujones, como una pelota en la punta de un elástico.
—Wanda June —dijo—, si no empiezas a portarte bien, no te traeré nunca más a una materialización.

Infundibula crono-sinclásticos. Imagina que tu papá es el hombre más inteligente de la tierra, y que conoce todo lo que existe, tiene razón en todo y puede probarlo. Imagina ahora a otro chico en otro lindo mundo, a millones de años luz de distancia, y que el papá de ese chico es el hombre más inteligente de ese lindo mundo tan alejado. Y que es tan inteligente y tiene tanta razón como tu papá. Los dos papas son inteligentes, los dos papas tienen razón.
Sólo que si llegaran a encontrarse, se pelearían muchísimo, porque no estarían de acuerdo en nada. Tú puedes decir que tu papá tiene razón y que el papá del otro chico está equivocado, pero el Universo es un lugar enormemente grande. Hay espacio bastante para una inmensa cantidad de gente que tiene razón y sin embargo no se pone de acuerdo.
La razón de que los dos papas tengan razón y sin embargo se peleen tanto es la de que hay muchísimas maneras de tener razón. Pero hay lugares en el Universo donde cada papá puede al fin pescar lo que el otro papá está diciendo. En esos lugares todas las clases diferentes de verdades se ajustan tan bien como las piezas del reloj solar de tu papá. A esos lugares se les llama infundibula crono-sinclásticos.
Según parece, el Sistema Solar está lleno de infundibula crono-sinclásticos. Estamos seguros de que hay uno enorme situado entre la Tierra y Marte. Lo sabemos porque allí estuvieron un hombre terrestre y su perro terrestre.
Quizá pienses que seria lindo ir a un infundibulum crono-sinclástico para ver las maneras diferentes que hay de tener toda la razón, pero es algo muy peligroso. El pobre hombre y su no menos pobre perro se desperdigaron en todas direcciones, no sólo del espacio, sino también del tiempo.
Crono significa tiempo. Sinclástico significa curvado hacia el mismo lado en todas direcciones, como la cascara de una naranja. Infundibulum es lo que los antiguos romanos como Julio César y Nerón llamaban un embudo. Si no sabes lo que es un embudo, pídele a tu mamá que te muestre uno.

LAS SIRENAS DE TITÁN, Kurt Vonnegut

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"diapositivas proyectadas por la multitud en las desnudas paredes de piedra, los volvían pornográficos." Jamas lei a vonnegut, nada, nada!, pero vi en peliculas en donde un supuesto idiota, tenia una edicion de bolsillo de un libro de él.

Para que me voy a abrir la última birra.

Ya esta el vaso esta lleno, continuo.

Y resultaba que ese idiota era un genio; lo guardo a Kurt para el final de no se que..., pero para el final, no preguntes Diego, Sera por que de alguna forma se que él se quizo hacer entender como yo y solo un puñado de locos lo entendieron.

A prosposito a Haurtam de quien hiciste un resumen, lo conosco, un vago como nosotros, y no te apresures a borrar este mensaje, el trabaja vendiendo peliculas a facultades y el mismo decia: soy un vago. Cuando le dije soy kiosquero; en una reunion en el club de ciencia ficcion del que te hable. Buen tipo, mortalmente sincero, eso si. Mas que yo, me aventuro a afirmar y eso me da envidia.
Saludetes

N/S por que no postdata?: Vos sabes que con prolongadores de usb me hice del modem 3g una antena, ya sabia que era una antena, pero se me ocurrio que podia ampliar el alcance.
Ojala fuera asi de astuto, tener banda ancha por diez pesos de cable!!, me pasaron el dato, asi que ahora preparate, por que sigo con ganas de amasijar gorilas...........

El Mostro dijo...

¿Por qué habría de borrarlo? ¿?

Yo también conocí a Hartman y fuí testigo de sus peleas en Axxon* y sus vicisitudes vendiendo películas.
Sincero si. Alguna vez me ha parecido pedante, pero son esas impresiones que me dan algunas personas y luego cambio al tratarlas más asiduamente.

Suerte con la antena, contame luego como te fué.
Saludos.

*¿Este es el club al cual te referís o hay otro?

Anónimo dijo...

el modem un poco mejos no lo que esperaba, y uno siempre tiene grandes esperanzas.

A hartman lo conoci en un club que hizo en la biblioteca de balvanera, fuimos tres veces con un amigo, pero no se podia hablar, eramos muy chicos tal vez 23 años o 24 tendriamos y creo que fuimos tres veces por que hartman sabia, hasta que nos dimos cuentas que no se podia hablar mucho ahi, el era el unico que zafaba, nos decia haber si viene otra gente hoy, la ultima vez abrio los brazos como pidiendo disculpas al ver nuestros rostros de adios, esas caras de un colectivo tren y subte para esto, nunca mas. Por que lo encaramos como mi amigo y fue todo con miradas y saludo sin levantar el marote, con impotencia. Y no me parecio pedante cuando yo le hablaba me escuchaba y se quedaba pensando, una o dos veces habra sido. O no pensaba, no lo eschuche discutir.

Despues te hable de el por el club que armo en los grupos de yahoo, hizo un par de post y nadie comento y vi los de el e hizo uno de vonnegut y me parecio justo para comentarlo aca. Capaz que con gente distinta y en otro lugar y mas del palo, como nosotros, pero en otro ambiente, por ahi si es pedante.

Otro de mis fracasos, el club ese.