los misterios, supo el secreto de cuanto estaba oculto, reveló cuanto hubo en los días pasados, antes del Diluvio. Su vida fue un largo viaje, aprendió sufriendo y, volviendo de lejanos trabajos, sobre una estela grabó todas sus proezas.
El fue quien construyó los muros de Uruk la bien cercada, del santuario puro, de la santa Eanna, bendijo la primera piedra.
¡Contempla ese muro que se extiende, tendido a cuerda! ¡Contémplalo, reluce con el brillo del cobre, nada hay igual! ¡Contempla el umbral, existe desde siempre, de la santa Eanna, mansión del dios Anu y de la diosa Ishtar!
¡Aproxímate! ¡El la construyó!
Ningún rey futuro, ningún hombre lo igualará.
2 comentarios:
Qué gran vida la de éste gran profeta que nos recuerdas, Monstro. Saludos!
Un grosso Gilgamesh! ¿Andará aún por ahí?
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