El ombligo del mundo

Este gigantesco agujero es para extracción de diamantes. Está en Siberia Central, junto a la ciudad de Mirna. Tiene 525 metros de profundidad y su diámetro es de 1,25 km.

Altos como montañas

Apenas amaneció, despertaron. Tomaron un desayuno rápido, frugal y a recolectar. Debían caminar exactamente 1.550 pasos por el sendero previamente trazado. Ni bien llegaron, se pusieron a trabajar, ya sabían lo que tenían que hacer.
Cuando el sol alcanzó el cenit, sintieron una vibración, que fue in crescendo hasta convertirse en un temblor. Esto causó alarma pero siguieron recolectando.
Cuando los vieron, era tarde. Altos como montañas, rápidos como el viento. Despiadados, indiferentes, inmisericordes.

Trataron de huir, algunas pocas lo lograron, la mayoría no.


-Chicos, ¿que hacen?
-Estamos pisando hormigas, má.

De lo que aconteció al Mostro en uno de sus viajes

En una pequeña aldea, enclavada en un hermoso valle, todos parecían muy tristes. Acertó a pasar por el lugar El Mostro, quién se hallaba paseando por dimensiones alternas.
Detuvo a una niña muy bella y muy bien dotada y de largas trenzas y la interrogó:
-Bella niña de senos prominentes, ¿Porque lucen todos tan tristes en esta comarca?
-Es a causa de los ataques de un malvado dragón, extraño viajero de mirada penetrante.
-¿Un drogón? ¿Porque no llaman a la cana?
-No, no, no. Un DRA-GÓN. Y por favor, quita tus manos de mis pectorales.
Viendo la oportunidad de ganar el corazón de la muchacha, El Mostro se reunió con las fuerzas vivas del poblado (alcalde, boticario, herrero, abad, etc) y les propuso un plan. Iría a hablar con el dragón, lo atraería a una trampa, ellos lo matarían, mientras los niños serían escondidos en un lugar seguro. Todo eso a cambio de una cantidad de monedas de oro y plata.
Y así lo acordaron. El Mostro se dirigió a las montañas tenebrosas donde moraba la terrible bestia.
Al anocher regresó y contoles que el dragón, no era muy listo y había caído en la trampa. Todos los hombres se dirigieron entonces al lugar acordado, blandiendo hachas, palos, palas y horquillas.
Mientras tanto, El Mostro y los niños se escondieron en una cueva cercana. Y El Mostro prendió un fuego en la cima de una colina.
Era la señal que el dragón esperaba. Fue entonces cuando se abalanzó sobre el poblado y las indefensas mujeres que allí moraban, arrasando todo a su paso, con saña voraz.
Mientras tanto, El Mostro huyó con la bella niña de senos prominentes, a la que sometió a sus bajos (je) instintos, las monedas de oro y plata. A los niños los vendió a unos traficantes de esclavos sarracenos, con lo que llenó aún más su bolsa.
Moraleja: Desconfía de los monstruos, porque entre ellos se entienden.

Fantasmas

-¡Papi, ven a contarme uno!
La orden llegó fuerte y clara desde el piso superior. Desde que se enteró que su madre estaba embarazada, la pequeña Maye no podía dormirse si su padre no le contaba un cuento. Maye no quería que "le leyeran" sino un cuento "de la cabeza" de Papá. Así, que por lo general, los cuentos eran en realidad variaciones sobre lo mismo.
El protagonista del cuento era invariablemente un animalito llamdo Puq o Buc o Tic, él cual tenía un problema y visitaba a un búho sabio en busca de consejo. El final era siempre feliz.
Terminado el relato, al contrario de veces anteriores, Maye se sentó en la cama y mirando seriamente hacia ambos lados, como asegurándose que nadie estaba escuchando, preguntó:
-Papi, ¿existen los fantasmas?
-¿Que? No, Maye, no existen.
-Joha dice que sí, que existen.
Joha era una vecinita de Maye, un poco mayor que esta, con quién solía jugar en ocasiones.
-Pues no Maye, no existen. Son personajes de un cuento, como el búho sabio.
Arropó a la niña y bajó a ayudar a su esposa con los tratos en la cocina.
La noche siguiente el ritual se repitió, y Maye volvió a preguntar sobre los fantasmas, pero agregó:
-Dice Joha que los fantasmas son los que-estaban-antes, que todavía andan por aquí, molestos con nosotros.
-Hmmm. No Maye, los que-estaban-antes, los Pueblos Originarios ... se fueron.- No quiso exponer a su pequeña hija a la idea de la muerte. Pero se metió en un brete. No contaba con la curiosidad de la niña.
-¿Se fueron? ¿Adonde?
-Eh, no sé, simplemente se fueron cuando llegamos nosotros.
-Joha dice que ellos vivían acá y que nosotros, bueno, no nosotros, sino nuestros abuelos, los mataron, a todos, bueno, no todos, algunos escaparon a las montañas y a los bosques. ¿Porque los mataron papito?
¿Como explicarle a una niña que nuestro propio mundo estaba condenado por el estallido de nuestro sol y que debimos tomar un mundo a la fuerza, y aniquilamos a sus habitantes? Aún podían encontrarse restos de sus ciudades, aquí y allá, carteles, utensillos, máquinas. Él mismo había hallado de joven una figura, posiblemente un juguete. Nunca podría olvidarla. Dos brazos, dos piernas, cabello en la cabeza.

La culpa la tuvo Malandraca - Relato trek

Por una cuestión de organizancia, este relato fue mudado hacía aquí.

3:30 AM

Me despierto, como si hubiese dormido 8 horas. Pero solo me acosté hace tres. Y debo levantarme dentro de tres. Mirándolo desde ese punto de vista, es medianoche.

Sin encender ninguna luz, me levanto cuidadosamente, para no despertar a mi mujer. Paso por los cuartos de las bestias. Trato de observar a mis hijos dormidos, pero solo distingo bultos indefinidos, algo un poco más oscurido sobre la oscuridad.

En la cocina me sirvo un vaso de jugo, mientras la gata se enrolla entre mis piernas y reclama un mimo.
Regreso al dormitorio con la gata en brazos, pero me detengo a observar la calle por entre las rendijas del postigo antes de meterme en la cama. Desierta. Podría decirse que la gata y yo somos los únicos seres vivos en el planeta.

Una puerta que se abre

Helmut von Berger era el sueño hitleriano hecho realidad: el menor de siete hermanos varones, un metro noventa, atlético a pesar de sus 55 años, pelo rubio ceniza cortado al rape, ojos de acero. De acero era también el puño con el que dirigía el Laboratorio Europeo de Antimateria en Suiza. Entró a la oficina de Control de Procesos, donde lo esperaban una decena de personas.
Al ver a la bella Dra. Marité Dracul, de la Universidad Tecnológica de Rumania se distendió y mostró una sonrisa hecha de dientes perfectos, una sonrisa Colgate. Se dirigió a ella y le extendió la mano derecha. La doctora le estrechó la mano y la suya (tan menuda y delicada) pareció desaparecer. Se deshizo del apretón y presentó a su ayudante.
-El Doctor Adrián Jacobo.
-¿Español? -preguntó Helmut en perfecto castellano.
-No, argentino. -respondió con indisimulado orgullo el aludido, mientras estrecha a su vez la imponente diestra del suizo.
-Siempre es bueno tener un argentino en un equipo de investigación. Son... como se dice... -dudó un momento Helmut. -perspicaces. Eso. Pero solo un argentino, más se vuelven problemáticos. -Y largó una carcajada. Los presentes rieron de compromiso, a excepción de Marité y Adrián. Se había desarrollado un vínculo entre ellos que superaba lo estrictamente profesional.
-Estamos listos para comenzar el experimento. -susurró un científico alemán, al cual todo aquel preámbulo le parecía una perdida de tiempo.
La Doctora Marité Dracul carraspeó para llamar la atención.
-Antes de comenzar, debo hacer notar que el Doctor Jacobo mostró ciertos reparos.
-¿Reparos? ¿Cuáles?
-Usted sabe que él se ha encargado de la parte de óptica no lineal. Adrián, el Dr.Jacobo quiero decir, teme que si elevamos la potencia del ciclotrón a e*n**2, se pueda producir una anomalía espacio-temporal. Según él, los modelos utilizados no tuvieron en cuenta que nos encontramos debajo de una montaña. Si el experimento fuese llevado en órbita, el efecto sería nulo, por la dispersión en el espacio. No estoy de acuerdo con él, pero me considero con el deber de hacer la salvedad.
-¿En que datos se apoya?
Adrián pudo sentir como se le ponían coloradas las orejas.
-Bueno, es más bien una corazonada... -respondió el argentino, ruborizado.
Helmut se volvió hacia científico alemán que habló antes, quién se limitó a negar con la cabeza.
-Bueno, vamos pues.
Helmut von Berger estaba entusiasmado. Si el experimento funcionaba, Europa dispondría de un motor aplicable a naves espaciales, el cual podría eventualmente alcanzar un 0,10% de la velocidad de la luz, algó más de un millón de kilómetros por hora. Esto significaría poder viajar a Marte en unos días.
Los técnicos y científicos sentados frente a los controles comenzarón su tarea. La energía comenzó a fluir por los kilómetros de conductos bajo el Mont Coblan.
Todo marchaba según lo esperado. El experimento se desarrollaba según los modelos predictivos.
Al llegar la energía a e*n**1.5, Marité y Adrián cruzaron una mirada de nerviosismo.
Finalmente se llegó a e*n**2 y nada sucedió. Se avanzó hasta el límite final proyectado de e*n**2.3 y poco a poco comenzó el "frenado" del flujo energético.
-Bueno, parece que me equi...
No llegó a terminar la frase. Sus ojos se abrieron como el "dos de oro". Helmut von Berger estaba sufriendo una transformación. En el piso, su cuerpo se retorcía, mientras se iba cubriendo de pelo, al tiempo que sus manos se transformaban en garras. Cuando levantó la cabeza, su rostro germano había desaparecido, dejando su lugar a unas facciones lobunas. De un salto, se abalanzó sobre un gordito francés y cerró sus fauces en la yugular del infortunado.
-Dejenmelo a mí. -dijo una Marité Dracul de ojos rojos como rubíes, al tiempo que mostraba sus anormalmente grandes incisivos.

Experimento

De: Felix
Enviado: viernes 10 agosto 2007 18.40
A: Don Gato
Cc: Silvestre, Garfield
Asunto: Resultados Fase 1

Se ha completado la Fase 1. Los resultados son aún mejores que los esperados.
Se utilizaron 33 sujetos de prueba (todos internos del penal de Little Hill), dividos en tres grupos, uno de 20, otro de 7 y el último de 6. Todos los sujetos tenían edades comprendidas entre los 21 y 40 años de edad, y gozaban de buena salud. Su alimentación era adecuada.
Al grupo uno se le proyectó el programa completo. Al grupo dos la mitad del programa y al grupo tres solo un 10%.
Los sujetos del grupo tres solo experimentaron síntomas pasajeros de escasa envergadura, tales como desorientación, jaquecas y dificultades motrices mínimas.
Todos los síntomas desaparecieron en el lapso de entre 10 y 20 minutos posteriores al fin de la emisión del programa.
Los sujetos del grupo dos ingresaron en la etapa de Tinelli-Feudale de autismo al promediar un 25% del programa. Al finalizar la proyección asignada (50% del programa), todos habían alcanzado la etapa Repetto (modificada). De los 7 sujetos que integraban el grupo, 4 recobraron la normalidad en las 3 horas posteriores a la emisión, 1 sujeto lo hizo en 4 horas, otro sujeto sigue fijado en la etapa de Tinelli-Feudale y el restante sigue fijado en la etapa de Repetto (modificada).
Los integrantes del grupo uno continuan en la etapa de autismo Repetto (modificada), habiendo pasado ya 10 horas desde el fin de la emisión.
Por lo tanto, solicitamos autorización para pasar a la fase 2.
Atte.
Felix

El General XX, alias Don Gato, se sirvió un whisky, encendió un puro y se sentó en su butaca, detrás de su escritorio. No había otras butacas, sillas o bancos en su oficina. Los visitantes debían permanecer de pie.
Tomó un sorbo, dió una larga pitada, exhaló el humo.
Escribió:
De: Don Gato
Enviado: viernes 10 agosto 2007 19.05
A: Felix
Cc: Silvestre, Garfield
Asunto: Re: Resultados Fase 1

Felicitaciones. Pasen a Fase 2.


A cientos de kilómetros de ahí, el hombre conocido como Félix, sentado ante los controles de una repetidora de TV de un pequeño pueblo del Medio Oeste, apretó la tecla "PLAY".

Primer encuentro

-¿Y cual es su gracia, caballero?
-Tirarme pedos en los velorios.

(Risas grabadas)
Apagó el televisor. En esta región tan apartada, solo existía un canal, el cual transmitía repeticiones de viejos programas mediocres, documentales y mensajes de interés para la comunidad. Se sirvió un vasito de aguardiente y lo bebió, mirando como caía la lluvía más allá del único ventanal de su oficina. Oficina que también era alojamiento.
Detentaba el cargo de jefe de policía del distrito. En realidad, no tenía bajo su mando a ningún otro uniformado. Pero para lo que había que hacer... Alguna pelea entre borrachos, robos menores, disputas familiares.
La lluvia cesó de repente y el cielo se despejó.
Una hora después del anochecer, sonó el teléfono.
-Policía.
-¡Tienes que venir rápido para la Colina Verde! ¡Una nave espacial ha descendido!
-¿Otra vez bebiste ese destilado tuyo? -dijo, reconociendo al viejo Qen, quién vivía al pie de la Colina Verde. Se ganaba la vida como minero y poseía algunas cabezas de ganado.
-¡No seas estúpido! ¡Dos criaturas bajaron de la nave y quieren hablar con la autoridad! Como el delegado municipal no está, a tí te toca. ¡Apúrate!
Y cortó.
Maldito viejo borrachín. Se levantó, salió de su oficina y se subió al maltratado vehículo.
-Como sea una alucinación...
No sería la primera vez que un borracho veía naves espaciales y seres extraños. De tanto en tanto, alguien juraba haber tenido un encuentro y denunciaba avistamientos y hasta secuestros. También existían versiones de que el gobierno tenía tratos con los alienígenas, o directamente, que escondía cadáveres en alguna remota área.

Él no creía en esas patrañas. Era simple y práctico. "Si no puedes comerlo... olvídalo" era su frase de cabecera. Pero así y todo debía acudir al llamado del deber. Por otro lado, era una buena excusa para salir un poco de la oficina.

Si bien le faltaba un trecho para llegar a la colina, la nave era perfectamente visible. Una estructura del tamaño de una casa, apoyada en 6 patas metálicas, muy iluminada. A medida que se fue acercando, pudo distinguir más detalles, como las distintas luces, un par de ventanas y algo escrito a un costado, en una caligrafía de pesadilla. Nunca había visto nada parecido.

Los faros delanteros del vehículo iluminaron al viejo Qen y a dos figuras, cerca de la nave.
Frenó, apagó el motor y antes de bajar, tanteó su costado izquierdo. Palpar la familiar culata de su arma, le hizo sentir mejor.

El viejo y los dos extraños se hallaban sentados en el cesped, frente a frente. Los tres se levantaron cuando se apeó del vehículo.

Eran tan alto como él. Tenían solo 4 extremidades y solo dos de ellas se apoyaban en el piso. Sobre las extremidades superiores el cuerpo se angostaba rapidamente y terminaba en una protuberancia del tamaño de un melón. Era en esta protuberancia donde pudo ubicar los dos únicos ojos y algo que parecía una boca. ¡Una sola boca! ¡Pobres seres! ¿Faltaría la comida en su mundo?

Uno de ellos levantó una de las extremidades superiores y de su boca salieron palabras:
-Saludos, venimos en paz, somos del planeta Tierra.

Quilmes, nuestra Macondo - Quique y Quique

¿Hubo uno o dos Quiques? ¿Es posible que dos personas tengan tanto en común, incluso el nombre? Digamos que existieron dos, uno alto (A) y otro bajo (B).

Hijo de padre desconocido y madre quinielera ("la quinielera"), Quique A, siendo pequeño, ingirió bolitas de paraíso. Esto le produjo daños neurológicos, siendo el más importante, sordera. Por supuesto, se convirtió en blanco de bromas, más o menos pesadas, entre ellas, tirarle la pelota cerca del cordón de la vereda y gritarle "¡Palomita Quique!" y él se arrojaba decidido rumbo al balón, tratando de cabecear. Terrible golpe: "Me parece que me hice un chichonchito..." Y así surgió su apodo. Pintaba muy bien y era un eximio jugador de ajedrez.
En una ocasión, apareció un gorda, ex compañera suya de la primaria y le empezó a dar chamuyo. Media hora después, ingresaban al "Ruca Malen". Terminado el turno, la gorda exclama "¡Quique, estoy embarazada! Nos tenemos que casar." Y él se casó nomás.

Cuando Quique B fue a la revisión para la colimba, sus padres pensaron en presentar un certificado de "retraso mental". El médico les aconsejó que no, que a Quique B le haría bien la conscripción. Y tuvo razón. Estuvo 6 meses fuera de su casa, haciendo lo que cualquier colimba solía hacer. Y se sintió integrado.
Nunca había concurrido a una cancha de fútbol, "es peligroso" le negaba la mamá. Pero ya que había hecho la colimba...
Y ahí fuimos unos cuantos, a presenciar el supermatch Quilmes vs. Banfield, por el ascenso a la "A". Ganó Banfield 1-0. Terrible trifulca, corridas, vidrieras rotas, etc. Quique B se mantuvo aparte pacíficamente. Pero pasó la cana y se lo llevó. ¿Como explicarle a los padres? Al otro día, tapa de Crónica, foto a toda plana de "Las bestias quilmeñas", una docena de forajidos y en el medio, Quique B.

Sueño

Ya van 3 noches que sueño lo mismo:
Dos hombres (a los cuales no conozco) y yo, asaltamos un supermercado chino. Hay un guardia de seguridad, al que no queremos lastimar, así que lo reducimos y le pedimos que se quede piola. Es Mr. Eko, el negrazón de "Lost".
¿Debo dejar de ver ese programa? ¿Soy uno de los "Otros"?